miércoles, 28 de junio de 2017

Detrás de los casos de alzhéimer en Ecuador


Isabel Cabrera busca a su madre que tenía alzhéimer cuando desapareció el 29 de abril del 2011 en la capital. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO





Los casos de alzhéimer son más recurrentes



21 de septiembre de 2016



Diego Bravo Redactor (I)

Leonor Ramírez tenía 73 años cuando desapareció. La tarde del 29 de abril del 2011, salió de su casa ubicada en las calles 5 de Junio y Tejada, en el Centro Histórico de Quito, para visitar a su hija que vivía en La Tola, pero nunca llegó a su destino.

Antes le diagnosticaron alzhéimer, una enfermedad que afecta la memoria de los adultos mayores. “Ya se había extraviado. Por suerte, en esa ocasión, los policías la encontraron deambulando en el barrio Ponciano, en el norte de la capital, y recordó cómo llegar a su casa. La última vez ya no fue así”, manifiesta Isabel Cabrera, hija de Ramírez.

Este miércoles 21 de septiembre de 2016 se recuerda el Día Internacional del Alzhéimer y en Ecuador existen más de 100 000 pacientes con esa enfermedad y otras demencias, según datos difundidos por la Asamblea Nacional. “Muchos no diagnosticados por el pensamiento tradicional de que los problemas de la memoria son normales en la vejez”, se indica en el Hospital del Adulto Mayor.

En esa casa de salud, este mal representa la segunda causa de consulta en las personas mayores de 65 años, tras los problemas articulares. En la red del Ministerio de Salud hubo 1 521 pacientes con alzhéimer en 2014 y 2015. 531 fueron hombres y 990 mujeres.

A escala mundial hay cerca de 46,8 millones de personas con demencia, que es la disminución en la función cognitiva o capacidad mental de pensar, razonar y recordar, según el último informe de la organización Enfermedad Internacional de Alzhéimer (ADI por sus siglas en inglés).

Entre el 60 y 80% de esa cantidad tienen alzhéimer y es el principal problema de los adultos mayores, cuya incidencia se duplica cada década por encima de los 60 años. En el reporte se proyecta que, hasta el 2050, la cantidad de pacientes en el mundo se incrementará a 131,5 millones.

De esa cantidad, explica Walter Salvador, director de Trascender con Amor, Servicio y Excelencia (TASE), una fundación que brinda apoyo a personas con problemas de demencia, los afectados serán quienes nacieron en las décadas de 1980 y 1990. Por eso, pide que por este día haya mayor conciencia sobre las necesidades de los adultos mayores.

Para la psiquiatra argentina Sonia Pawluczyk, lo recomendable para evitar la demencia es que la gente se alimente de forma sana en la juventud. Y en Ecuador los casos son cada vez más recurrentes. Lo explica María Soledad Chiriboga, médico geriatra del Hospital del Adulto Mayor.

Señala que los primeros síntomas son la dificultad para recordar nombres, palabras o ideas. Luego viene el olvido de hechos o conversaciones recientes y la dificultad para desempeñar actividades laborales o sociales. Conforme avanza la enfermedad se proporciona medicinas que tienen un costo mensual entre USD 60 y 70. Las dosis vienen en pastillas o parches que se suministran diariamente.

“Trabajamos con tres tipos de medicamentos (...) Se entrega en los estadios leves y moderados de la enfermedad. Sirven para ralentizarla, no hay cura”. También requieren de terapias. Leonor Ramírez no siguió esos tratamientos. Sus familiares cuentan que iba a comenzarlos cuando se extravió. La han buscado en albergues y hospitales. Cabrera cuenta que una vez le llamaron desde Ibarra para decirle que la encontraron, pero era otra señora.

Juanita Rosero sigue de cerca los tratamientos de su madre, de 85 años, a quien le diagnosticaron alzhéimer en julio de 2016. Cuenta que se olvidaba de los días de la semana. No recordaba dónde guardaba el dinero. Una vez, la señora quería a viajar a Salcedo (Cotopaxi), pero tomó el bus equivocado.

Del cuello de la paciente cuelga una identificación. Es una placa en la que se especifica la enfermedad, edad, domicilio y números telefónicos de parientes. Chiriboga dice que es lo más recomendado para que los pacientes de alzhéimer sean localizados si se pierden.

También hay otros implementos más caros que se comercializan en el país para ayudarlos. Joffre Palacios es gerente de la compañía GPS Smart Sole, que importa plantillas con GPS. Estas fueron diseñadas solo para pacientes con alzhéimer.

Cuenta que valen USD 399 y vienen con cargador. La batería dura un día y medio. USD 36 mensuales se paga por el sistema de rastreo satelital. En otros países se venden pulseras, relojes y otros rastreadores. En Nueva York, una niña de 12 años diseño una aplicación para celulares para que la gente con alzhéimer identifique a sus allegados.

El proyecto es piloto y se estudia su implementación. Pero no todos tienen recursos para estos equipos. Es el caso de Leonor Ramírez. Ella trabajaba desgranando alimentos en el mercado. Antes, ella lavaba ropa para vivir. Su hija era mesera en una cafetería cuando desapareció y no podía comprar esa clase de aparatos.

Señala que la búsqueda ha sido dolorosa, más cuando su padre murió seis meses después de la desaparición. No superó la ausencia de su esposa...

 

viernes, 23 de junio de 2017

La historia pura del periodismo de investigación

¡Extra, Extra! Muckrakers Orígenes del periodismo de denuncia es un libro que compila lasprimeras investigaciones periodísticas realizadas hace dos siglos en EE.UU. Una obra recomendada para quienesdeseen conocer sobre la historia y origenes del periodismo de denuncia. Primera Edición: Noviembre del 2015.
Diego Bravo C.

'¡Extra, Extra! Muckrakers Orígenes del periodismo de denuncia' es un libro clave para conocer cómo fueron los primeros pasos del periodismo de investigación  en los Estados Unidos a principios del siglo XX. También nos muestra que, desde hace más de un siglo, el trabajo de los reporteros ya era incómodo para los gobiernos y los calificativos despectivos comenzaban a levantarse contra la prensa.

En mi caso, esta obra me aclaró algunas dudas acerca del origen de este término, acuñado por el expresidente de Estados Unidos, Theodore Roosvelt, y que lo había escuchado y leído anteriormente.Muckrakers es una comparación de los jardineros que limpian con su rastrillo (rake) el estiércol (muck).

Con este texto tenemos un documento que recopila la historia de las investigaciones periodísticas más relevantes que lograron promover cambios y repercusión social en EE.UU. a lo largo de esos años. Además,  rinde homenaje a destacados reporteros como Lincoln Steffens o Charles Rusell.

No obstante, para mí, es mucho más destacable conocer el trabajo de brillantes reporteras mujeres como Nellie Bly o Ida Tarbell, considerada una de las principales 'muckrakers' de la Era Progresista de finales del siglo XIX y principios del XX. Pionera del periodismo de denuncia  en Estados Unidos.

En el caso de Bly, su reportaje titulado 'En las viviendas de alquiler de la Trinity' describe de forma perfecta las paupérrimas condiciones de vida de la gente de ese sector, en New York City. Y lo más importante: hizo un trabajo de campo impeclable.  "Visitó varias míseras viviendas propiedad de esa corporación. Indigencia y sordidez. Alquileres abusivos por cubiles infectos en pocilgas sucias, destartaladas, húmedas e insalubres".

"La muerte, también, merodea en muchos de ellos. Aquí conocerá parte de la verdadera vida del Nueva York más desolado".

Como este reportaje hay otros muy interesantes de los que podría escribir en este post, pero prefiero que los interesados adquieran el libro. Contiene 577 páginas de la historia pura del periodismo de investigación en Estados Unidos y que a la larga fue una influencia enorme para el resto de países latinoamericanos.

Se resume en historias, datos y el trabajo que realizaron los reporteros de esos años. También fotografías en blanco y negro y caricaturas de esa época. Una obra recomendada para quienes aman la historia.

Su autor, traductor y compilador es Vicente Campos.

domingo, 18 de junio de 2017

Mi abuelo, Bolívar Bravo Aráuz

En la redacción de Diario EL COMERCIO, en los años 60 (calles Chile y Benalcázar). Bolívar Bravo en la parte superior izquierda, sentado. En su brazo lleva un periódico y viste un traje obscuro. Fuente: Libro 'EL COMERCIO, 100 años de historias y testimonios'
Hoy se recuerda el Día del Padre en Ecuador. Quiero resaltar el trabajo y obra de mi querido abuelo, Bolívar Benjamín Bravo Araúz, quien falleció en 1981 cuando yo tenía apenas un año y dos meses. Fue un connotado periodista, escritor, maestro e historiador que plasmó la historia de Quito de forma brillante en su libro 'Quito Monumental y Pintoresco', así como en las crónicas que publicó en Diario EL COMERCIO.

La información que consta en este post la he conseguido de a poco, en hemerotecas digitales, libros y el archivo familiar. Es un gusto presentar estas líneas y resaltar a quien, para mí, es uno de los periodistas más brillantes del país y me inspiró a seguir esta profesión. Hay mucha información pendiente y la publicaré a futuro en otros posts. Fue un honor recordar al abuelo, más cuando yo escribo en el mismo periódico en el que él trabajó y cubro los temas de educación como él lo hizo en los años 40, 50 y 60.


Semblanza de Bolívar Bravo Aráuz


Por Diego Bravo Carvajal

"La reunión de la familia, el chocolate espeso, para luego rezar el trisagio, antes entregarse al sueño reparador, y tras oir absorto, de los labios de la abuela, entretejer las leyendas y tradiciones de la ciudad con herencia y abolengo español, con sombras de misterio, de duendes y fantasmas, de cruzar las callejuelas empedradas, alumbradas por el farolito de una ciudad que se va..." (1).


Esos fueron los escenarios de Quito en los que creció e inspiraron a Bolívar Benjamín Bravo Aráuz, uno de los periodistas e investigadores más sobresalientes en los años 40, 50, 60 y 70. Sus publicaciones hasta ahora son recordadas y reposan en las bibliotecas de las universidades e instituciones públicas más importantes del Ecuador como la Cancillería.

Nació el 12 de diciembre de 1912 en el seno de una tradicional familia quiteña. Sus padres fueron León Pacífico Bravo y María Isabel Aráuz. Tuvo cinco hermanos: Jaime, León, Jorge, Esperanza y Virginia.

Bolívar Bravo, a los 28 años. Cuando tenía esa edad fue uno de los fundadores de la UNP.
Cursó sus estudios en la escuela El Cebollar, ubicada en el corazón del Quito colonial. Tras finalizar la primaria, sus padres lo inscribieron en el Colegio Mejía. Luego pasó al Juan Montalvo en donde obtuvo el título de profesor normalista y comenzó su carrera en el Magisterio. De hecho, él fue uno de los precursores de la primera campaña de alfabetización que fue promovida por la Unión Nacional de Educadores (UNE).

Primero fue docente y posteriormente -según se explica en el libro El derecho y el revés de la memoria 'Quito tradicional y legendario'- director de  la  escuela  fiscal  Reino  de  Quito, así como profesor  del  Colegio  Luis  Napoleón Dillon, vicerrector  del  Colegio  Nacional  Amazonas.

Desde 1939, él trabajó como  periodista  de  Diario  EL COMERCIO hasta su muerte. Sus hijos recuerdan que primero comenzó como corrector de estilo y luego pasó a ser reportero. Cubrió las áreas de educación.
Sus publicaciones fueron Quito  Monumental  y  Pintoresco; Quito  Monumental  y  Pintoresco,  edición  ampliada,  primer  tomo; Quito Monumental y Pintoresco, segundo tomo. También escribió las biografías de Luis Napoleón Dillon y Sebastián de Benalcázar. La segunda no fue publicada.


'Quito monumental y pintoresco' fue su obra más importante.


La biografía de Sebastián de Benalcázar que no fue publicada
Desde el año 33 hasta el 36, junto con Sixto Salguero, director teatral, fundaron el grupo cultural y artístico 'Siembra', al que pertenecieron las profesoras Virginia Larenas y Raquel Verdesoto, el periodista Víctor Hinostroza y, más tarde, entre otros, el famoso pintor Oswaldo Guayasamín. El grupo hacía difusión cultural en la ciudad y en el campo.


En ese contexto es importante destacar textualmente el 'Homenaje a los normales Juan Montalvo y Manuela Cañizares' de la revista Ecuatoriana de Educación, de marzo y abril de 1951, edición 14, que consta en el repositorio de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso):

"En la ciudad de Quito, el grupo Siembra, cuyo Secretaria General fue la Srta. Virginia Larenas, sostuvo escuelas dominicales en San Roque y en Chimbacalle, en forma gratuita y en  favor de  niños y jóvenes proletarios, que como todos, requieren de sus horas de esparcimiento. Los ensayos de teatro popular mantenidos por los normalistas Sixto Salguero, Bolívar Bravo y otros merecieron la más cordial acogida de los obreros de tales barrios".

"El Normal Juan Montalvo, en un noble esfuerzo de extensión cultural y  con el fin de difundir las luces de la ciencia, del arte y de las buenas costumbres entre los obreros de la ciudad, sostuvo durante algunos años, con limitado auxilio del Estado, la Escuela de Indios Adultos 'Rumiñahui', las escuelas nocturnas para albañiles 'El Dorado' y 'América'".

"En estas fundaciones los alumnos maestros no sólo enseñan a leer, escribir y contar, sino que se procura levantar en los alumnos su propio nivel de existencia, haciéndoles, además, gozar de las nuevas conquistas de la civilización como el cine, la radio, el balneario, el hotel, etc. En estas fundaciones cooperan bajo la dirección del suscrito, los normalistas Mantilla, Betancourt, Gonzenbach y Freire, con abnegación y acierto".

Bravo también perteneció a la Federación Nacional de Periodistas (Fenape)

De otro lado, entre los años 37 y 39, el país atravesó momentos convulsionados, varios gobiernos y dictaduras. Bolívar Bravo estuvo entre los profesores cancelados por sus ideales democráticos. Entonces varios periodistas, artistas e intelectuales -entre ellos Bravo Aráuz- fundaron en enero de 1940 una asociación que perdura hasta hoy: la Unión Nacional de Periodistas (UNP).


Al final de su carrera, Bolívar Bravo continuaba colaborando como periodista en el espacio 'Crónicas del Recuerdo' para Diario EL COMERCIO. Murió el 15 de mayo de 1981, cuando tenía 69 años. 

El 17 de mayo de 1981, Diario EL COMERCIO publicó una nota tras su muerte.


(1) Libro 'Quito Monumental y pintoresco', editorial Universitaria, Quito-Ecuador, 1961, página 7.

Permiso de paternidad estrecha más el nexo del padre con su hijo

Fernando Saltos, de 27 años, con sus hijos Franco y Daniel, de 5 años y 10 meses. A veces los cuida mientras trabaja. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.


Diego Bravo C. y Mariela Rosero Ch. (I) 

Lava los biberones con agua caliente para desinfectarlos. Igual hace con tazas de medición de la leche de fórmula, que prepara para alimentar a Bianca, de seis días de nacida. Eduardo Bedoya, de 42 años, es un empleado público. Accedió a la licencia de paternidad para cuidar a su hija y esposa, cuyo parto fue por cesárea.

Su labor es la misma cada día. Se levanta en la madrugada cuando la nena despierta y la entretiene. También cocina la dieta de su mujer: caldo de pollo con verduras. Lava la ropa de ambas. “Hay prendas que meto en la lavadora, otras van a la piedra de lavar”.

Hace 10 años, cuando nació su primer hijo, las circunstancias eran otras. Entonces, en el Código del Trabajo no existía la licencia por paternidad. Recuerda que pasó apenas un día con él. Al siguiente tuvo que incorporarse a sus labores. En casos de cesárea son 15 días; en parto normal, 10; y si el bebé nace con una enfermedad degenerativa, terminal o irreversible o discapacidad severa, la licencia, con remuneración, llega a 25 días. Ahora, los padres cada vez participan más de la crianza. Eso anota Bedoya.

Compara lo que vivió hace 10 años, con su actual experiencia. Sus suegros le ayudaron con su primogénito. Su esposa es veterinaria. Antes del 30 de este mes regresará a su trabajo.

Esa ansiedad también experimenta Stalin Álvarez, de 26 años. El jueves 29 se le terminará la licencia. Su hija Teresita nació el miércoles 14, en el Hospital Gineco Obstétrico Luz Elena Arismendy, en el sur de Quito. Ha estado pendiente de ella y de su hermano de un año y medio. El tiempo le parece corto, pero lo aprovecha.

Iván Nolivos es un abogado laboral. Cuenta que desde la Constituyente del 2008 se habló del permiso de paternidad. Fue implementado en febrero del 2009, tras la reforma al Código Trabajo y la Ley Orgánica del Servicio Público. Rige en el campo privado y público. El objetivo -recuerda- era reducir brechas de género, para que padres y madres se ayuden en los primeros días posteriores al nacimiento. Antes no había permisos de paternidad y dependía de cada empresa si otorgaba días o no. En España, el permiso es de cuatro semanas.

En Noruega, la licencia es de 112 días. En Alemania, los días libres por maternidad y paternidad se comparten entre ambos; el plazo máximo es de 14 semanas. Fernando Saltos, de 27 años, pasa el mayor tiempo posible con sus hijos. Le hablaba a Franco, quien ya tiene 5, desde cuando estaba en el vientre de su esposa, Solange Gaibor. A las madres -apunta- se les hace más fácil establecer una relación con los bebés porque los llevan en sus cuerpos. Por eso, “el reto es crear vínculos con ellos desde el nacimiento”.

Él estuvo en el momento del parto, fotografió al recién nacido, cuando su esposa aún dormía, tras la cesárea. Fue el primero en cargarlo y vestirlo. Lo más inolvidable ha sido lograr que durmiera sobre su pecho. “No es solo hacer el hijo y allá. Esas experiencias generan lazos que duran de por vida”. La licencia de paternidad permitió que conviviera con Franco desde sus primeros días. Ahora está por terminar el primero de básica.

Lo lleva en su auto a la escuela, en un trayecto de 40 minutos. Responde a preguntas como: ¿Papi, el sol va a morir? Con su segundo hijo, de 10 meses, Saltos también es un padre involucrado en los cuidados. Se dedica a la animación digital, ya tiene un negocio propio.

Así que maneja mejor sus horarios. En las noches, su esposa descansa, tras haberle dado de lactar al bebé. Y él, lo arrulla para que se duerma. María Moreno de los Ríos, fundadora del Parto es Nuestro Ecuador, motiva a los varones, para que se impliquen en la paternidad desde el embarazo. Les pide que acompañen a los chequeos a sus parejas, que estén en el nacimiento y que luego cambien pañales...

“Si el hombre se involucra en la crianza, ayuda al cambio de dinámicas en las familias”, afirma María. Y reitera que en el país, en las guías del Ministerio de Salud, se garantiza el derecho a que padres o un cercano a la mujer esté en el parto. Para Saltos, “acompañar en el día a día, proteger, apoyar, esa es la labor de un padre, no necesariamente de sangre”.

https://www.elcomercio.com/tendencias/permiso-paternidad-nexo-padres-hijos.html