lunes, 25 de diciembre de 2017

Las deudas son otra secuela que dejan las desapariciones

Diego Bravo Redactor (I)

Las historias se repiten. Viajan de provincia en provincia, mandan a imprimir afiches, duermen en modestos hoteles, visitan morgues y pasan semanas en la Fiscalía. Otros perdieron sus trabajos, acabaron sus ahorros, se endeudaron en bancos y su sueldo lo destinaron al pago de trámites, movilización, copias de documentos, abogados. Todo para buscar a sus familiares desaparecidos...


Desde hace 20 años, María Eugenia Basantes trabaja y ahorra dinero solo para localizar a su hijo Adrián, desaparecido la mañana del 6 de noviembre de 1994 en el antiguo terminal Cumandá del centro de Quito. Solo tenía dos años.


Ese día, la mujer estaba en el restaurante de una pariente cuando, en un descuido, el pequeño salió del local y no volvió. La mujer trabaja en quehaceres domésticos puertas adentro. Dice que así ahorra dinero. Cuando acumula unos USD 500 o 1 000 renuncia y sigue en la búsqueda. “Ese es mi ritmo de vida en las dos últimas décadas”.


Ella viajó a Cuenca, Guayaquil y Quevedo para pegar afiches en escuelas, paradas de buses, estaciones de Policía, locales comerciales. Se hospedaba en hoteles que no cuestan más de USD 10 la noche. Ahora no tiene empleo y se le terminan los USD 1 000 que había ahorrado. Adrián se extravió un domingo. Según datos de la Dinased, una unidad especial de la Policía, en ese día se reporta la menor cantidad de desapariciones en el país.


De los 4 934 casos que hubo en el 2014, 417 ocurrieron un fin de semana. En la Asociación de Amigos y Familiares de Desaparecidos (Asfadec) hay cálculos de cuánto han gastado sus 80 afiliados: hasta USD 20 000. Telmo Pacheco es presidente de este grupo y está endeudado en USD 9 000 en un banco. Su hijo no vuelve a casa desde el 2011. Hizo préstamos y ese dinero le sirve para viajar a Loja, ciudad en donde se vio por última vez a Orlando. Él y los familiares de los desaparecidos se reúnen todos los miércoles en la Plaza Grande.


En el último estuvo Rosa López. Su nieto Marcelo Estévez falleció en abril del 2012. La mujer de 80 años levantaba un cartel con las fotos de cientos de personas que no han regresado a sus hogares. En torno a la organización de desaparecidos que lidera su hija, Susana, se unieron más deudos. Álix Ardila es otra afectada que ha gastado cerca de USD 20 000 para buscar a su hija Carolina Garzón. Ella viajó desde Bogotá y en Colombia vendió una casa y un vehículo.


Luego de casi tres años de este caso, el viernes, 13 de marzo se realizó la reconstrucción de los hechos en el barrio Paluco (suroriente de la capital), en donde la vieron por última vez. Con el dinero de la venta, ella ha gastado en movilización y comida. Al principio arrendó un departamento a USD 180 en el norte de Quito, pero luego se cambió a la casa de Telmo Pacheco.


Él la ayuda con alojamiento a bajo costo, pero cada mes gasta USD 600 en la impresión de 1 000 afiches con la foto de su hija. Lo mismo vive Sandra Guamán en la búsqueda de su hija María de siete años. Ella se extravió el 22 de enero del 2014 en Loja. La mujer vendía espumilla en el centro de esa ciudad cuando la menor se perdió. Ella es comerciante y su esposo es ayudante de albañilería. Sus ingresos de USD 150 no son suficientes y se endeudaron en USD 1 000.


Con esa cantidad, ellos recorrieron Zamora Chinchipe y Morona Santiago en bus. Allí visitaron morgues, pegaron carteles. También visitaron radios y periódicos locales para anunciar la desaparición. Hasta se movilizaron a las ciudades peruanas de Piura y Zuliana para localizar a la niña.


En un año gastaron más de USD 3 000. Guamán llora al pensar que su hija fue robada y llevada al Perú. Dice que el Ministerio del Interior le ha ayudado a pagar los gastos de alojamiento y pasajes de avión cuando ella viene a Quito para reunirse con las autoridades. Pilar Tobar también asiste a los plantones de desaparecidos. Ella es hermana de Camilo, que no volvió desde el 17 de abril del 2012 en Tumbaco (Pichincha). Para buscarlo, ha faltado al trabajo y eso le representa un día de descuento.


Ha llegado a gastar USD 50 diarios en pancartas, movilización, agua para personas que le acompañan a las búsquedas o en los plantones. Pero no todas las personas pueden costear los gastos tras las desapariciones de sus parientes. Nelly Oviedo no vuelve a su casa, en Ambato, desde el 7 de abril del 2007 y su hermana, Vilma, no puede buscarla. Simplemente dice que no tiene dinero.


Recibe menos del sueldo básico por lavar ropa. Puso la denuncia, pero en eso se quedó el caso. Su voz se quiebra al recordar que no puede buscarla...

domingo, 10 de diciembre de 2017

Samuel, el pequeño sombrerero

“Se arrodilló y al otro lado del pasadizo vio el jardín más maravilloso que podáis imaginar”
Alicia en el País de las Maravillas
Lewis Carroll

Samuel, el pequeño sombrerero

Te equivocaste de ciudad pequeño sombrerero
ahora que entablo un monólogo sin dibujos in absentia
discretamente te sigo los pasos
lo importante va por dentro 
sin chistar camino hasta el claro del bosque
miro por los ojos de Guapulo 

Te equivocaste de ciudad pequeño sombrerero
esta no es ciudadhiedra, esta es ciudadpiedra
esta no es ciudadquerida, esta es ciudadherida
Te equivocaste de ciudad pequeño sombrerero
esta es ciudadlatín y ciudadgriego
y nunca ciudadpatín y jamás ciudadriego
esta es ciudadextraña y en absoluto ciudadentraña

Te equivocaste de ciudad pequeño sombrerero
esta es ciudadpus y nunca ciudadluz
se equivocaron tus manos
esta es ciudadfangales y en absoluto ciudadfalanges

Te equivocaste de ciudad pequeño sombrerero
de qué lee el blanco Heraldo mientras desenrolla su pergamino y toca la trompeta 
de que música en particular se te acusa o de cual de los poemas que habitaste
o de cual de las convenciones que abdicaste
quien te acusa
quien te persigue
quien te apunta con el arma hacia el rostro infantil
corre sombrerero que no te alcance la ciudad
que no te alcance

Te equivocaste de ciudad pequeño sombrerero
extraviaste el camino
hay demasiado mundo en esta narración

en que se parece un cuervo a un armario
en que se parece un cuerpo a un osario

Respiras cuando duermes
duermes cuando respiras
cantas cuando mueres
mueres cuando cantas
te quedas cuando te has ido
te has ido cuando te quedas
corre pequeño sombrerero no dejes que la montaña se trague tus manos y que la reina sentencie antes del veredicto

Te equivocaste de ciudad pequeño sombrerero
quá día del mes es hoy en ciudadmuerte que jamás será ciudadsuerte
este no es un cuento como los otros
hay demasiada verdad
corre que vos no eres de este mundo
eres muy ángel  y aquí hay demasiada certeza y muy poco para la invención
esta es ciudadevitar y nunca ciudadlevitar

Te equivocaste de ciudad pequeño sombrerero
Dejaste la mesa puesta para el té con el lirón, la liebre de marzo, el gato de Chelsire, el Grifo o el Heraldo 
esto no es lo que parece mi pequeño sombrerero
esta es ciudadcaída y nunca ciudadcálida 
esta es ciudadbalas y nunca ciudadalas
esta es ciudadmalicia y en absoluto ciudadAlicia
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La muerte de Samuel Chambers es un hecho que nos duele y nos muestra la descomposición de la sociedad. ¿Qué sacan haciendo daño a una buena persona? ¿Por qué tanta maldad? Este es un bello poema escrito en su nombre por la brillante poeta quiteña Rocío Soria, a quien respeto mucho por su talento. Una mujer de letras en todo sentido.

martes, 21 de noviembre de 2017

La realidad de los niños con cáncer en Ecuador

La cantidad de niños con cáncer registrada el año pasado escala nacional. Colectivo empuja un proyecto de ley para luchar contra el cáncer en el país. Desde el 2013, las cifras no han variado. Foto: Eduardo Terán/ archivo/ EL COMERCIO.
El cáncer afectó a 5 117 niños en el 2016

Diego Bravo Carvajal

 En el 2013 le detectaron un tumor en el brazo izquierdo. Alexandra enfrentó una metástasis, así que el cáncer se expandió al pulmón. Para extraerlo, los médicos le practicaron una cirugía en el tórax. La enfermedad avanzó con tanta agresividad que no resistió y falleció el año pasado, con apenas 11 años.

En algún momento del tratamiento, por falta de recursos económicos, la chica lo abandonó, recordó Wilson Merino Rivadeneira. Él es el coordinador de la iniciativa Acuerdo Nacional contra el Cáncer.

Zayda, de 13, perdió su pierna derecha. Sentía fuertes dolores y sus padres primero la llevaron con curanderos.  Cuando el malestar se agravó, ella pidió que le amputaran la extremidad. Su mamá no podía costear los gastos, así que dejó de acudir al oncólogo. También pesaron las distancias.

Ella es originaria de la comunidad Saraguro, ubicada a cuatro horas de Loja y no podía ir al especialista. No logró cumplir con la agenda de citas que le fijó su médico.

Según información levantada por la Fundación Cecilia Rivadeneira, en este año, a escala nacional, el 54% de infantes abandona los procedimientos médicos en algún momento. Las causas: problemas económicos, depresión y las distancias que deben recorrer para acudir a las consultas.

En el 2016 hubo 64 935 pacientes con neoplasias en el país, según el Intituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC). Las neoplasias malignas son cánceres. De ellos, 5 117 fueron chicos, desde recién nacidos hasta los 14 años. En el 2013 fueron 5 400 casos; 5 349 el 2014 y 4 975 afectados el 2015.

En todos estos años, la mayoría de infantes tuvo leucemia linfoide, cuyos síntomas son moretones, dolor de huesos, fiebre, infecciones frecuentes y sangrados de encías. A escala mundial, la situación es similar. Lo corrobora un estudio del Centro Internacional de Investigaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Indica que del 2001 al 2010, esta enfermedad fue 13% más común en los niños que en la década de los ochenta. La leucemia fue la más común en menores de 15, seguida por tumores del sistema nervioso central y los linfomas.

Fernando Checa es oncólogo del Hospital de los Valles de Quito. Asegura que es muy grave que los chicos abandonen los tratamientos, para retomarlos luego. Si se hacen pausas en la medicación para la leucemia, lo más probable es que esta se vuelva más resistente al reanudar los procedimientos.

En otros tipos de cáncer, los tumores pueden generar clones que son muy peligrosos. Ante ese panorama, el colectivo, que en redes sociales aparece como #AcuerdoContraElCáncer, acaba de entregar al Consejo Nacional Electoral (CNE) las 159 786 firmas que recolectó en el país (cuatro veces más de lo requerido).

El colectivo espera por la validación de las firmas para el proyecto de Ley Orgánica de Lucha Integral, como iniciativa ciudadana. Luego vendrá el trámite en la Asamblea. Uno de sus objetivos es generar políticas, para que los pacientes puedan asistir a las consultas.

En ese sentido en la normativa se plantea la creación de un Consejo Nacional de Lucha contra el problema, integrado por ocho instituciones públicas y la misma cantidad de privadas. Merino asegura que el Consejo se encargaría de trabajar en la ejecución de mecanismos lúdicos en los centros asistenciales.

Para que se permita tener clowns hospitalarios para pacientes oncológicos. Así se combatiría la depresión, como ya se hace en algunos casos. También piden la formulación de políticas de empleo solidario. Uno de los mayores problemas -recalca- es que las madres de estos chicos pierden sus trabajos por dedicarse a cuidarlos. Se necesita mayor flexibilidad laboral. Merino es coordinador de esa red, que suma a 18 organizaciones.

El acuerdo surgió hace dos años. Han tenido 39 encuentros territoriales, en los que han participado 9 000 pacientes y sus familiares. La prioridad es convertir a la iniciativa en un proyecto que se enfoque en políticas de prevención del cáncer.

Ayer, delegados de más de cien organizaciones de la sociedad civil se unieron al Acuerdo Nacional contra el Cáncer e intentan que la ciudadanía y las autoridades hagan conciencia. “Lo que no se previene hoy, no es gasto permanente para el Estado después”, repite Merino.

http://www.elcomercio.com/tendencias/cancer-ninos-ecuador-cifras-acuerdocontraelcancer.html

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Las amputaciones de pie por la diabetes

Los malos cuidados de la diabetes pueden desencadenar el pie diabético, con el riesgo de que los pacientes lo pierdan. En la gráfica, el endocrinólogo William Acosta atiende a un pacientes con diabetes. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO.

Por diabetes, pacientes pueden perder el pie



Diego Bravo Redactor (I) dbravo@elcomercio.com 


A Jorge Quishpe, de 63 años, le amputaron el pie izquierdo hace una década. Recuerda que su pie empezó a gangrenarse luego de pisar un clavo.

Él tiene diabetes desde 1994. Al principio sangró un poco, pero con el pasar de los días, esa parte comenzó a descomponerse y se hizo morada. La lesión empeoró y se trasladó a un hospital de la capital. Allí, los médicos le dijeron que tiene pie diabético y debían cortarlo. Ahora camina con la ayuda de una prótesis.

En esta semana se recuerda el Día Internacional de ese mal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1,6 millones de muertes se produjeron por esta dolencia, a escala global, hasta el 2015. Además, en 1980 hubo 108 millones de pacientes. En el 2014 se reportaron 422 millones.

Ecuador no es ajeno a esa realidad. Según estadísticas del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), los decesos subieron en un 51% desde el 2007 hasta el 2016. Es decir, pasaron de 3 292 a 4 906 en 10 años.

Esta enfermedad causa otras complicaciones como lesiones en vasos sanguíneos y renales y ceguera. También pie diabético que, a veces, obliga a cercenarlo como consecuencia de una infección.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) refiere que, en el país, la incidencia de amputaciones se sitúa entre 2,5 o 6 por cada 1 000 pacientes al año.

Según datos recopilados en los centros asistenciales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), 200 se reportaron en el 2015 y 182 en el 2016. Desde enero hasta septiembre de este año hubo 159.


Carlos Cadena es endocrinólogo y representante de la Clínica del Pie Diabético del Hospital Carlos Andrade Marín del IESS. Explica que mensualmente atiende unas ocho personas con ese problema.

Con base en datos de la Asociación Americana de Diabetes, él señala que cerca del 15% de personas sufrirá úlceras en el pie durante el transcurso de la enfermedad. Este problema se produce -asegura- por el mal control metabólico. A esto se suma que la gente no se cuida en la alimentación, abusa de los carbohidratos o consumen bebidas azucaradas en exceso.

Para William Acosta, líder de Endocrinología del Hospital Eugenio Espejo de Quito, esta “es una de las complicaciones más tristes porque es la más fácil de evitar”. Si un paciente con esa enfermedad se cuida el azúcar en la sangre no tendrá problemas en la extremidad.

En ese sentido, Romina Costa, responsable de la estrategia nacional de enfermedades crónicas no transmisibles del MSP, dice que el pie diabético se origina luego de cinco años de malos controles. Si alguien presenta lesiones, lo primero que debe hacer es acudir a un centro asistencial. También hay casos -dice Acosta-de gente a la que se le amputó solo una parte del pie.

Eso lo vivió Luis Granda, de 75 años, a quien le cortaron una parte del talón izquierdo. Comenzó a sentir dolor cuando salía a caminar. Luego, apareció una mancha marrón y cuando llegó al Hospital del IESS le detectaron la lesión. Su esposa, María Aguas, lo acompaña. Le limpia la herida y lleva al podólogo para que le corte las uñas y no se lastime.

También debe cuidarse de no contraer hongos. A Sonia Ponce, de 56, le extirparon dos dedos. Cuenta que uno de los zapatos especiales que se compró le lastimó. Ante ese tipo de situaciones -recomiendan los médicos- los pacientes deben usar medias blancas para detectar que se produjeron lesiones al caminar.

Esto porque se pierde sensibilidad. “Lo más común es gente que anda con tachuelas en los zapatos y no se da cuenta”, anota Acosta. En otros casos, contrajeron lesiones porque tenían pepas de ajonjolí en el calzado y las defensas estaban tan bajas que les produjeron heridas.

Cadena asegura que el 50% de los amputados corren el riesgo de perder el otro pie cinco años después de la primera cirugía. La razón: es más vulnerable a lesiones. 

Esa es la realidad de Quishpe. Tiene una artropatía de charcot, una deformidad severa causada por la fractura de la articulación del tobillo. Los médicos del IESS evalúan si deben cortarle el otro pie. 

El problema se produjo porque su pierna aguantó el peso de su cuerpo por años.




https://www.elcomercio.com/tendencias/diabetes-pacientes-pie-amputaciones-enfermedad.html




jueves, 2 de noviembre de 2017

Historias de ecuatorianos casados con extranjeros

Parejas binacionales cuentan cómo se conocieron y luego se casaron en Ecuador. En la gráfica, Javimar Urdaneta de Venezuela y el quiteño Marco Antonio Cuadrado en su vivienda. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Más bodas entre colombianos y ecuatorianos

 Diego Bravo Redactor (I)
dbravo@elcomercio.com

El interés de colombianos y venezolanos por emigrar a Ecuador se mantiene. Eso se confirma en grupos de Facebook de ciudadanos de ese país, a dos meses del fin del 2017.

Por ejemplo, en los perfiles Colombianos en Ecuador y Venezolanos en Ecuador, hombres y mujeres piden recomendaciones para viajar. Algunos quieren venir con su familia, otros la forman acá.

Javimar Urdaneta, de 33 años, llegó al país, en el 2009, por la crisis que afecta a Venezuela. Su plan era salir adelante con sus parientes, no pensó que aquí encontraría el amor. Se casó con el quiteño Marco Antonio Cuadrado, de 31 años, el 30 de abril del 2015, tras cumplir tres años de compromiso. Ella es comunicadora social, dirige su propia escuela de baile y es maestra de inglés.

Se conocieron en la empresa petrolera en donde trabajaron. Él como ingeniero en sistemas y ella en el área de documentación. Al principio, el noviazgo fue difícil para él porque su suegra era jefa en la oficina. Pero con el tiempo se ganó su confianza.
Cuadrado tiene un hijo de 6 años de otro compromiso. Urdaneta le ayuda a cuidarlo cuando los visita cada 15 días.

Según el Registro Civil, desde enero del 2016 hasta septiembre de este año, hubo 2 976 matrimonios de ecuatorianos con extranjeros. El mayor número de uniones registradas fue con colombianos: 534. Siguen las nupcias con estadounidenses, españoles, venezolanos e italianos con 334, 330, 296 y 229. Eso coincide con el registro de extranjeros que más ingresó al país en el 2016. Provienen de Colombia, Estados Unidos, Perú, Panamá, España y Venezuela, según el INEC.

Otra pareja binacional es la de Yurani Díaz, de Colombia, y el policía ecuatoriano Diego Ramírez, de 22 y 24 años. Se casaron el 16 de septiembre del 2016, en Quito, tras haber sido novios por cinco años. Viven en Alausí. Planifican tener un bebé el próximo año.

La migración en América Latina es recurrente y crece en un 17% cada año. En la mayoría de casos se trata de ciudadanos que provienen de naciones vecinas que recorren la región. Esto lo indica el estudio ‘Migración Internacional’ de la Organización de Estados Americanos (OEA), del 2015. Ecuador es parte de esa realidad, explica Jacques Ramírez, catedrático sobre temas de movilidad humana.

Para él, la cantidad de matrimonios binacionales es baja frente a los cerca de 400 000 inmigrantes que oficialmente viven en el país. La mayoría es de Sudamérica, de Colombia, Perú y últimamente de Venezuela. Eso significa que los matrimonios no necesariamente son usados por foráneos como mecanismo para regularizar su estado migratorio, como pasó antes. Es decir, sí hay parejas que se unen “por amor”.

¿Cuál es el trámite para que un ecuatoriano y un foráneo se casen? Ellos únicamente deben recurrir a las oficinas principales del Registro Civil de Quito, Guayaquil y Cuenca. La persona de otra nación debe presentar el pasaporte con visado vigente, la tarjeta andina o credencial de refugiado.

Los residentes pueden hacerlo con la cédula en cualquier agencia de esa entidad. En el caso de los matrimonios de ecuatorianos y foráneos que se realizan en el exterior, se aplica el artículo 91 del Código Civil.
De esta forma, la española Cristina García y su esposo ecuatoriano Alejandro Calderón, de 30 y 29 años, unieron sus vidas en la iglesia del Tibidabo de Barcelona, el 12 de julio del 2015. Fueron novios por 11 años y estudiaron en la universidad de esa ciudad.

Optaron por vivir en Quito porque la crisis económica se agudizó en España y él no conseguía un empleo relacionado a su área, las ciencias políticas. Tras radicarse en la capital, ella consiguió trabajo en un centro de educación como parvularia. Él es catedrático en una universidad privada.

Hace tres meses nació su primer hijo, Teo. Para cuidarlo, ambos se organizan en las madrugadas. Ella se despierta a las 03:00 y él a las 05:00 para prepararle los biberones.

¿La xenofobia representa un problema en la conformación de estas parejas? Para Ramírez, en Ecuador sí existe un grado de rechazo para un grupo determinado de inmigrantes, pero otro es aceptado. Se trata de la construcción de un modelo ideal blanco-mestizo. “Quienes ingresan en ese grupo son migrantes deseados.

Son europeos o norteamericanos”. Pero se complica para los latinoamericanos. Pese a ello, la conformación de matrimonios de ecuatorianos y latinos -dice- demuestra que se respeta la diversidad como una forma de reconocerse en la diferencia.


La española Cristina García y Alejandro Calderón alimentan a su hijo, Teo, de 3 meses. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
http://www.elcomercio.com/app_public_pro.php/tendencias/bodas-colombianos-ecuatorianos-migrantes-registrocivil.html

sábado, 28 de octubre de 2017

El séptimo Rafael, un libro de rigor periodístico

El libro 'El séptimo Rafael' fue estrenado en el 2017.


Por Diego Bravo C.

Para mí, desde la página 13 hasta la 201, el libro 'El séptimo Rafael' es apasionante. Cuenta la historia del expresidente Correa desde sus orígenes. Cuando nacieron sus abuelos, cómo se conocieron sus padres, su formación académica. Su paso por la academia y el Ministerio de Economía en el 2005. Cómo preparó la campaña política que lo llevó a la Presidencia en el 2006...

El texto, de 259 páginas, fue escrito por las periodistas Mónica Almeida y Ana Karina López. Destaco su rigor y el trabajo de campo que realizaron. En la reportería, ellas dialogaron con los vecinos, los amigos, los compañeros de la universidad, la gente del colegio, sus familiares. Llegaron a los lugares donde vivió su niñez y adolescencia.

Esos son rasgos claves del buen periodismo que se plasman en esta obra. Se suman otros elementos importantes como la crónica, la entrevista a 120 personas y un buen enfoque político. Por eso creo que los estudiantes de comunicación de las universidades deberían revisarlo para aprender cómo se realiza una buena investigación.

Y es que hasta muestra fotografías históricas del Primer Mandatario: cuando era niño, de su época de presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil, de sus padres y hermanos.

Hay otros detalles históricos relevantes como el árbol genealógico del expresidente. Las autoras se dieron el trabajo de buscar en los archivos del Registro Civil y ordenar minuciosamente la información. Hasta se cuenta historia de la hacienda El Palmar, en Los Ríos, cuyo propietario era el abuelo y cómo la perdió.

Lo único que no me gustó del texto es el último capítulo denominado El Jefe que cuenta su paso por la Presidencia de la República desde el 2007 hasta este año. Es un resumen que cuenta los diferentes hechos que se registraron durante su gestión.

Más allá de esto, es un libro que recomiendo al 100%.






jueves, 26 de octubre de 2017

¿Hasta qué punto la pornografía incide en la visión de la sexualidad?

La pornogafía puede incidir en la forma cómo los jóvenes conciben la sexualidad. El próximo jueves 26 de septiembre de 2017 se inicia PORNOsotros para concienciar sobre este tema a los jóvenes. Foto: Archivo / imagen referencial

El material pornográfico distorsiona la visión de la sexualidad

Diego Bravo Carvajal
Redactor (I)

“La pornografía creó en mí, desde la adolescencia, una imagen de la mujer que no es real. Pensaba que ellas deben tener un cuerpo escultural y ser delgadas, pero no siempre es así. Con el tiempo me di cuenta que eso es una falacia y aprendes a aceptar al otro como es”.

Con ese testimonio, Martín (nombre protegido) reconoce que estaba confundido y que concibió a la sexualidad como lo que se difunde en sitios web con información triple X: chicas esbeltas y jóvenes musculosos desnudos.

Cuando iba a tener relaciones con una amiga por primera vez, él se decepcionó porque ella no tenía el cuerpo que esperaba. Usaba dos brasieres y un pantalón levanta cola que, al sacárselo, mostró otra realidad. Él pretendió tener sexo sin despojarse de la camiseta, por vergüenza de su barriga. Al final, ambos no sintieron atracción y lo dejaron ahí.

Estos temas se abordan en la campaña denominada PORNOsotros, impulsada por un grupo de estudiantes de Comunicación de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y que comienza el próximo jueves 26 de septiembre de 2017.

El fin es concienciar a los jóvenes sobre la configuración de los estereotipos que pueden generarse por el consumo de material para adultos. Más si en Ecuador el inicio de la actividad sexual es temprana.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) muestra que el 32,9% de mujeres del país reportó tener experiencia sexual entre los 15 y 19 años. A esto se suma que el 89,9% de adolescentes menores de 15 años tuvo su primera relación íntima con personas mayores que ellas.

Como parte de la campaña se levantó una encuesta a 220 universitarios. Esta mostró que la mayoría concibe a la sexualidad dentro de los formatos establecidos por la pornografía, con “hombres musculosos, bien dotados, mujeres bonitas, encuentros llenos de fantasías extrañas, orgasmos fingidos, que confunden”.

En el documento se indica que cuatro de cada 10 jóvenes no se sienten satisfechos con su pareja. Es decir, no llenan sus expectativas en lo físico ni con su rendimiento en la cama. El 64% de encuestados trató de experimentar lo que vio en un portal web de porno.

El 75% de los varones que participaron en el estudio espera enamorar a mujeres con cuerpos como los de las actrices. Un 42% de las estudiantes aspira a algo similar.

Asimismo, el 32% de jóvenes se sintió incómodo con lo que sus parejas les han pedido hacer: sadomasoquismo, uso de lencería y zapatos de tacón en el momento de tener intimidad, entre otros. “De ese grupo, el 61% son mujeres”, cuenta Camila Hidalgo, una de las estudiantes de la USFQ, que desarrolló el reporte.

El consumo de pornografía incluso puede generar un contexto de violencia entre las parejas. La razón: hay casos en los que las mujeres se sienten incómodas, vulneradas y presionadas cuando les piden a hacer cosas que no quieren o les causan miedo. Lo más común es el contacto anal.

Así lo vivió Cristal (nombre protegido), de 21 años, quien tuvo intensas discusiones con su enamorado por ello. Finalmente, la joven se mantuvo firme y no accedió a las presiones, aunque él insistía.

Esteban Rodríguez es un psicólogo integral que trabaja temas de pareja. Asegura que la pornografía tiene tintes sexistas y machistas, que pueden influir en las relaciones amorosas, más cuando en la sociedad ecuatoriana históricamente se ha tolerado ese tipo de comportamientos.

Aconseja que para evitar esa clase de problemas, las parejas intenten priorizar el diálogo y preguntarse, como novios o esposos, lo que realmente necesitan en sus vidas.

Para el terapeuta Édgar Reyna, las personas deben entender que los videos que se difunden en las ‘páginas prohibidas’ corresponden a una alteración de lo que es la sexualidad. De ese modo, se pueden evitar falsas interpretaciones de la realidad.

El consumo de ese tipo de material, de forma reiterada -comenta- no se presenta únicamente entre universitarios, sino en personas mayores de 30 años. A su consulta han llegado mujeres que lo hacen para complacer a sus compa­ñeros, aunque no son felices con esas prácticas.

En esa línea, el terapeuta apunta que pueden darse casos de “falso apetito sexual”, cuando ellas quieren tener relaciones de forma reiterada para que ellos no les sean infieles.

Eso es más frecuente cuando pretenden “darles a ellos lo que podrían encontrar fuera” de la relación o el hogar. Hay otro estereotipo muy común que se produce a raíz del consumo de material XXX entre los jóvenes. Corresponde al tamaño del miembro viril, que puede generar baja autoestima en los hombres.

Así pasó con el exnovio de Sara (nombre protegido), de 21. “Nunca he visto porno, pero él lo hizo. Hubo varias veces en las que se sentía un poco preo­cupado por el tamaño. Trataba de darle seguridad, pero varias veces él no se sentía bien”.

Él también le pidió a Sara que haga cosas que no le gustaban cuando estaban a solas. Ante la insistencia del novio, accedió algunas veces, pero incómoda. Por eso, la joven concuerda con la idea de que “las mujeres no tienen voz”, debido a que casi siempre el hombre ignora su punto de vista para lograr lo que quiere o busca.

En cuanto a la percepción de los orgasmos, existe una confusión en que estos deben ser como aparecen en los videos para adultos. También en el tiempo de duración de los encuentros sexuales.

Hidalgo comenta que se trata de concienciar a la gente, ya que tampoco se debe evitar la pornografía. “La clave es darle un uso adecuado”. Y hay jóvenes que lo han hecho. A Lucas (nombre protegido), de 21, le sirvió de “ayuda”, cuando llegó el momento de hacerlo por primera vez. Se complementó con su pareja y cree que se puede evitar la infidelidad.

lunes, 23 de octubre de 2017

Los cuidados paliativos son claves en los pacientes terminales


En el Hospice San Camilo, ubicado en el norte de Quito, se brinda cuidados paliativos. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.
 

El cuidado paliativo, un alivio emocional

Diego Bravo Carvajal.  (I)
dbravo@elcomercio.com

Los familiares de Doménica (nombre protegido), de 50 años, se negaron a aceptar que ella estaba en fase terminal por cáncer a las vías biliares. Le ayudaron para que visitara hospitales en Estados Unidos y acceda a la opinión de oncólogos de ese país. Pero la respuesta fue la misma: le quedaba poco tiempo de vida.

Acudió al Hospice San Camilo de la Fundación Ecuatoriana de Cuidados Paliativos (Fecupal), en el norte de Quito, en donde recibió terapias con medicinas para el control de síntomas y los dolores. Sus familiares también participaron de reuniones. Un equipo interdisciplinario trabajó con ellos en lo psicológico y espiritual, para sobrellevar el sufrimiento. Lo primordial era que los allegados envuelvan de amor a Doménica, pero también que acepten su muerte.

Así se busca la calidad de vida, en los últimos momentos que le quedan a una persona, y que tenga una muerte digna. Lo explica Alberto Redaelli, director de Fecupal. Desde hace 20 años, la entidad atendió a 18 000 pacientes. Tanto en visitas domiciliares como en el Hospice San Camilo.


Octubre es el mes internacional de los cuidados paliativos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 40 millones de personas necesitan ese servicio, pero solo el 14% de quienes demandan esa asistencia la reciben. La mayoría de adultos que la necesitan tienen males crónicos cardiovasculares: 38,5 %.

Los de cáncer representan un 34 %. Los de problemas respiratorios, sida y diabetes alcanzan el 10,3%, 5,7% y 4,6%. En Ecuador, el Ministerio de Salud ha atendido a 5 975 personas desde el 2015 hasta el 2017. También reportó 106 muertes de quienes recibieron esos cuidados, este año. Esto dentro del Plan Nacional de Cuidados Paliativos, que cuenta con seis equipos de profesionales en el país.

A esto se suma la labor del Hospital del Adulto Mayor, en Quito, especializado en esta atención. También el Centro de Atención Integral para personas con Cáncer en la capital. Asimismo, un equipo de soporte mixto en los centros Francisco Icaza Bustamante y Abel Gilbert, en Guayaquil. Y los hospitales Eugenio Espejo de Quito y General de Macas.

Pacientes con otras afecciones pueden ser atendidos en esta línea. Por ejemplo, si padecen insuficiencia renal, enfermedades hepáticas crónicas, esclerosis múltiple, párkinson, artritis reumatoide, problemas neurológicos, etc. Incluso quienes no están en fase terminal, pero tuvieron accidentes y requieren atención especializada de ese tipo. Margarita, de 77 años, tuvo un derrame cerebral hace cuatro meses y hace fisioterapia para recuperarse en el Hospice San Camilo.

Aspira regresar a su casa en una semana. Lo mismo Enma Alarcón, quien se fracturó una pierna, la operaron y vivió cinco meses allí. Ellas siguen terapias con el auxiliar Cristian Inapanta, quien las ayuda a ir al baño y en lo emocional: no sufrir por la distancia con sus familiares por seguir los tratamientos. En el caso de las personas con enfermedades terminales se les brinda apoyo emocional y consejería.

Ayudarles a lidiar con la muerte y lo que esta conllevará para sus allegados. En ese sentido, el consejero debe crear un ambiente en el que el paciente se sienta cómodo para dialogar sobre sus preocupaciones. No hay que bombardearle con preguntas, tampoco darle lecciones de moral o sermones. Eso le provocaría inestabilidad en lo afectivo.

En algunos casos -indica Alicia Abad, asistente de psicología- los pacientes y sus familiares optan por la conspiración del silencio. Es decir, saben que su fin está cerca, pero prefieren no conocer sobre la enfermedad. “Se trabaja en el nombre que el paciente le pone a la afección que tiene”.

Así ocurrió con Isabel (nombre protegido), quien falleció hace un mes en el Hospice San Camilo. Tenía un tumor en el estómago que se hinchaba y ella le llamaba “la bolita”. Sus hijos sabían que tenía cáncer terminal, pero ella prefirió no enterarse. “Le decíamos que esa bolita no se iría, porque no tiene cura”.

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martes, 17 de octubre de 2017

La bipolaridad puede conllevar al suicidio

En el sector de Psiquiatría,del Hospital Pablo Arturo Suárez, norte de Quito,se atiende a pacientes con bipolaridad. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO 

Con fármacos y terapias se trata la bipolaridad
Diego Bravo Redactor (I)
dbravo@elcomercio.com

Era estudiante de Administración de Empresas, pero se inscribió en la Facultad de Enfermería de la misma universidad. De forma simultánea, trató de seguir un curso de fotografía y hasta se ofreció como voluntario de un grupo religioso en el valle de Los Chillos.

Jorge (nombre protegido), de 27 años, pasaba la mayor parte del tiempo exaltado. No paraba de hablar. Sus allegados lo llevaron al Hospital Psiquiátrico San Lázaro, en el Centro de Quito.

Allí lo trató el psiquiatra Danny Zúñiga. Su conclusión fue que el estudiante tuvo una recaída en su cuadro de trastorno afectivo bipolar.

Esta semana se recuerda el Día Internacional de la Salud Mental y esa enfermedad es una de las que más preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Afecta a cerca de 60 millones de personas en el mundo, según el organismo.

Además, es la sexta causa de discapacidad a escala global, de acuerdo con información de la Red Informática de Medicina Avanzada que colabora con la Organización Panamericana de la Salud. La bipolaridad lleva al suicidio del 15% de los enfermos y es de difícil prescripción: pasan 16 años desde su desarrollo hasta que se diagnostica. Se caracteriza por una alternancia de episodios manía­co-depresivos y fases de estado de ánimo normal.

En las de manías o trastornos, el paciente presenta irritabilidad, hiperactividad, verborrea y autoestima elevada. Además, disminuye la necesidad de dormir. Los depresivos se vuelven perezosos, somnolientos y tienden al suicidio.

El mal se produce por una alteración bioquímica y estructural del cerebro. Es genético de tipo hereditario, según Patricia Paredes, psiquiatra del Hospital Pablo Arturo Suárez. En los tratamientos se usan medicamentos que estabilizan el estado de ánimo, frenan la exaltación y previenen las recaídas.

A esto se suma el apoyo psicosocial, por el que las familias y el afectado se informan sobre este mal, su manejo y el riesgo de descuidos en el suministro de medicinas. A escala nacional no existe una cifra sobre el número de personas con ese problema en el sistema público.

Pero el Ministerio de Salud (MSP) atendió a 245 188 con trastornos de salud mental, en el 2016. De esa cantidad, el 24,1% tenía trastornos neuróticos, 17,3% del humor (afectivos, a este corresponde la bipolaridad), 12% del comportamiento y emociones en la infancia y adolescencia, entre otros. Roberto Enríquez, de la Comisión de Salud Mental del Ministerio, afirma que los problemas de bipolaridad pueden repercutir en el ámbito laboral.

¿Cómo? Se presentan pensamientos negativos en los que el paciente cree que la gente es mala y busca hacerle daño. Ante eso, pueden darse reacciones agresivas en el trabajo. “Así se alimenta a la enfermedad”. Un caso es el de Ana (nombre protegido), de 35.

Perdió su puesto en un ‘call center’ porque tenía conflictos con sus compañeros. Era irritable y se deprimió porque no podía mantener a sus cuatro hijos. Hoy, su madre la apoya y sigue tratamientos con medicinas. Tiene tendencia suicida. Las conductas de riesgo en las que el afectado no está consciente de sus actos son muy peligrosas, advierte Paredes.

Por ejemplo, conducir vehículos en alta velocidad, practicar deportes extremos sin preparación y convertirse en gastadores compulsivos. Eso vivió un arquitecto que en una noche utilizó los USD 60 000, que le adelantaron para la construcción de unos departamentos en Quito. En el caso de Marcelo (nombre protegido), de 35, se gastó el dinero de las ventas de su almacén de ropa. De forma inconsciente también hizo negocios con desconocidos y les mostró sus tarjetas de crédito.

Este caso fue tratado por Paredes. Lo que ocurrió es que dejó las medicinas y tuvo una recaída. A esto se sumó que consumió bebidas alcohólicas. Zúñiga explica que otro de los problemas es que, al ser inconscientes de sus actos, los pacientes con bipolaridad desarrollan un instinto sexual que sobrepasa lo normal.

Un caso de ese tipo fue el de una mujer, de 34, quien buscó parejas ocasionales por Internet, para salir los sábados por la noche. Luego, al darse cuenta de lo que pasó, enfrentó intensas depresiones. En su consulta, Paredes atiende al mes a 150 personas con problemas de salud mental. De ellas, unas 13 tienen bipolaridad y la mayoría es de un nivel profesional elevado, como abogados o médicos.

 Es clave que el paciente-anota- acepte su condición para avanzar en los tratamientos. La familia debe entender la situación y los cambios de comportamiento deben ser tratados por especialistas. En ese sentido, el apoyo psicosocial es fundamental. La clave es que en las familias y los pacientes aprendan a convivir con el problema.

En contexto
Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. El objetivo es concienciar a la población sobre esas enfermedades. A escala nacional, el Ministerio de Salud cuenta con 471 centros encargados de atender estas afecciones.

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domingo, 15 de octubre de 2017

Ver más allá de la coyuntura: 'El librero de Kabul'

El librero de Kabul es un texto escrito por la periodista sueca Asne Seierstad. Primera Edición: Julio del 2001.

Diego Bravo C. 

En esa costumbre de visitar las librerías y revisar los textos me encontré con esta maravilla: 'El librero de Kabul', escrito por la periodista sueca Asne Seierstad. Me demoré media hora aproximadamente hojeándolo y me convenció de principio a fin para adquirirlo. La razón: ella fue más allá de la coyuntura periodística del momento y encontró una historia diferente, así de simple.

¿Cómo se desarrolla la obra? Hace 16 años, las tropas estadounidenses llegaron a Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre y la cacería para localizar a Osama Bin Laden había comenzado. De otro lado, el Régimen talibán había caído.

En ese contexto, Seierstad llegó como reportera de guerra para cubrir el conflicto. Y ahí viene el punto de quiebre que yo destaco en este libro.

Mientras todos los periodistas se concentraron  únicamente en seguir de cerca la guerra y sus efectos, ella logró ver las cosas más allá. Es decir, primero informó sobre lo que pasó en la zona de conflicto como le correspondía y, a la vez, tuvo el olfato periodístico de encontrar algo diferente.

Ella convivió con la familia de  Sultán Khan, el propietario de una librería de esa ciudad. Conoció la vida de las familias tradicionales de Afganistán y sus costumbres. Cómo él se comportaba con sus dos esposas y sus cinco hijos. Vivió de cerca los dramas domésticos de una familia islámica que vive entre las tradiciones de su cultura y la modernidad. Todo en medio de una guerra.

Esas vivencias se plasman en su texto 'El Librero de Kabul'. El resultado de esa experiencia es un libro que sorprende y conmueve de principio a fin y muestra la realidad de Afganistán.

Un libro  recomendado para los estudiantes de comunicación que gustan de la lectura y escritura. Ayuda a describir escenarios y detectar historias diferentes.

Para conocer más  sobre Asne Seierstad, la pueden seguir en Twitter: 

@AsneSeierstad