miércoles, 24 de mayo de 2017

El déficit de médicos se cubrió con profesionales repatriados

El médico Claudio Vallejo volvió con el plan ‘Ecuador saludable voy por ti’ del Ministerio de Salud. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO  



Diego Bravo C. Redactor (I) 

La tasa de profesionales de salud se duplicó en los últimos 10 años. Pero el país todavía está a cinco puntos de alcanzar los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Este es uno de los principales retos que afrontará el nuevo Gobierno en esta materia de cara a los próximos cuatro años de gestión. Según datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), en el 2010 se registraron 10 304 médicos en el sector público y privado. Hasta el 2015 fueron 29 374, incluidos generales, especialistas, residentes y rurales. Además se cuenta con 16 931 enfermeras.

Una de las medidas que se implementó desde el Ministerio de Salud (MSP) para fortalecer la planta de médicos en el sector público fue el ‘Plan Ecuador Saludable voy por ti’, que comenzó en el 2012. Con el plan se busca repatriar a los profesionales ecuatorianos que trabajan en otros países y sumar cuadros extranjeros.

En la rendición de cuentas de la Cartera de Salud se indicó que 1 612 especialistas repatriados (nacionales y foráneos) han llegado al país bajo esta modalidad del 2012 al 2015. Según los datos oficiales, en el proceso de selección y contratación se priorizaron las carpetas de médicos especialistas y sub-especialistas.

El análisis de las plazas se hizo conforme a la cartera de servicios, infraestructura y necesidad de talento humano de cada centro asistencial. ​ Un ejemplo es el caso del ginecólogo de Chunchi Claudio Vallejo, de 37 años, quien cursó un masterado en medicina reproductiva en Barcelona y trabajó en esa ciudad. Desde hace cuatro años, él dirige la Unidad de Ginecología del Hospital Eugenio Espejo de Quito.

“Quiero retribuir al país lo que aprendí e innovar con más técnicas”. Otros médicos, en cambio, abandonaron el plan. El neurocirujano Carlos Llumiguano trabajó en España y llegó al Hospital Eugenio Espejo, pero posteriormente se cambió a un centro de salud privado. Hace dos semanas regresó a Europa para continuar su carrera.

Este Diario solicitó estadísticas sobre el número de galenos ecuatorianos que abandonaron el plan, pero el pedido no fue entregado por el Ministerio. Lo único que respondió es que las salidas se debieron a viajes fuera del país para seguir nuevas especialidades o subespecialidades. También por su propia decisión de incursionar en el ámbito laboral privado u otras unidades de la Red Pública Integral de Salud. ​

La otra fórmula aplicada para disminuir la brecha de especialistas es la capacitación. Del 2013 al 2017 se adjudicaron 3 782 becas de especialidades médicas y técnicas de atención primaria en universidades del país, incluídos 103 profesionales que estudiaron en Cuba. Pese a eso, cada vez que hay una convocatoria se evidencia una demanda que supera la oferta. En los últimos llamados hasta el 2016 hubo 8 335 postulantes entre la Central, Católica y USFQ, pero solo 815 cupos, según Salud.

Para este semestre, en el primer centro, se abrió convocatoria a 17 especialidades. Para el presidente del Colegio de Médicos del Guayas, Ernesto Carrasco, ha sido importante la repatriación de médicos y la entrega de becas. Pero, recomienda que se implementen proyectos e incentivos que impidan la salida de profesionales a otros países, principalmente a Chile o España. 


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viernes, 19 de mayo de 2017

Universidades financian cursos de nivelación de los bachilleres

Los cursos de nivelación en la Universidad de Guayaquil comenzaron esta semana. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO



Diego Bravo C. Redactor (I)


Los bachilleres que reprobaron el curso de nivelación de la Universidad Central, el semestre anterior, presentan en la Dirección Académica los documentos para inscribirse otra vez. Ahí les indican que deben entregar un oficio con el detalle de materias que repetirán. Y que la matrícula para el reingreso se hará solo por Internet.


“No pasé en embriología porque me descuidé. Estoy arrepentido”, cuenta Alexander Hidalgo, un alumno de 19 años de la Facultad de Medicina. Algo similar vive Johan Paredes, de la misma edad, quien tuvo problemas en matemáticas y aspira a estudiar Educación.


 Tras dejar sus papeles en el puesto de atención, les indicaron que las clases comenzarán el próximo lunes 29. Según el Acuerdo número 2017-065 de la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt), suscrito el 20 de febrero pasado, ahora cada universidad debe gestionar sus cursos de nivelación o propedéuticos, para quienes empiezan su carrera.


Los centros “en ejercicio del principio de autonomía responsable serán los encargados de financiar el costo unitario por estudiante”. También de implementar los modelos pedagógicos curricu­lares en las áreas de estudio. ​

Siguiendo las nuevas reglas, las autoridades de las universidades se preparan y calculan los presupuestos para iniciar clases. Jorge Ortiz, director académico de la Central, cuenta que destinarán USD 1,5 millones para este ciclo de nivelación y el siguiente semestre, también de este año. Su presupuesto anual es de USD 130 millones. De momento, 3 100 alumnos nuevos que postularon por cupos, tras rendir el examen Ser Bachiller en marzo, fueron aceptados y tendrán 130 maestros a su cargo. La mayoría de ellos son los mismos con los que trabajó la Senescyt, cuando manejaba esta capacitación, hasta el 2016.


Un grupo recibirá clases en las aulas, en donde funcionó el Colegio Menor, y otro en las sedes de las diferentes carreras. En lo que respecta a las materias, sí hubo cambios y los chicos estudiarán temas relacionados con cada profesión. De momento, dos materias son básicas para todos los jóvenes: lenguaje y matemática.


El resto de asignaturas depende de la necesidad de la carrera. Por ejemplo, los chicos del curso básico de Derecho estudian además sociedad y cultura. Los de Ingeniería, física y química. Geometría y dibujo, para quienes siguen Arquitectura. Morfofunción, ética en la salud y embriología serán analizadas por los estudiantes de Medicina. Para Ortiz, es mejor que cada universidad asuma esas competencias porque las autoridades de las carreras conocen qué bases deben tener los chicos al comienzo de los estudios superiores.

Los estudiantes están conformes con el cambio. Evelyn Heredia, de 20 años, es alumna de tercer semestre de Derecho, y siguió la nivelación a cargo de la Senescyt. “Recibí temas que no coincidían con el campo del conocimiento que estudio, tales como psicología, matemáticas o cómo aprender a desarrollar proyectos integradores”. Fernanda Maldonado, de 21, cursa el mismo nivel y considera que lo estudiado en el propedéutico no aportó a su preparación ­como abogada.

¿Por qué las universidades públicas se hacen cargo de los cursos de nivelación? Catherine Guarderas, subsecretaria de Acceso a la Educación de la Senescyt, explica que la nivelación del sistema se somete a evaluaciones cada cinco años. El objetivo es determinar la pertinencia y necesidad de continuidad de la nivelación, en función de los logros obtenidos en el mejoramiento de la calidad de la educación bachiller o su equivalente, como se precisa en 81 de la Ley Orgánica de Educación Superior. ​


Negó que los cambios se hayan producido por cuestiones económicas. “Es un tema técnico, porque las universidades reciben a los estudiantes”.


En la Costa, un establecimiento superior público ya comenzó las clases de nivelación. Se trata de la Universidad de Guayaquil. Para este semestre, recibe a 3 317 chicos nuevos. Su vicerrector de Formación Académica, Fernando Sandoya, dice que cuentan con cerca de cien profesores. Ellos provienen de otras facultades, en donde imparten cátedra en cursos superiores. En la Escuela Politécnica Nacional, 2 000 alumnos formarán parte de los cursos de nivelación en el actual ciclo. De ellos, 800 son repetidores y 1 200 nuevos, recién admitidos, por su alta nota en el examen de ingreso.


Su vicerrector de Docencia, Tarquino Sánchez, dice que cuentan con 70 profesores e invertirán USD 981 000, solo en sueldos. Los alumnos nuevos comenzarán clases el 5 de junio; los repetidores iniciaron hace un mes. Capacitación en la Espe ​ El Acuerdo 2017-065 señala que las instituciones de educación superior tendrán la facultad de decidir si se ofertan cupos para nivelación de carrera. En ese sentido, la Escuela Politécnica de las Fuerzas Armadas no los abrió en el actual semestre.


La razón: el director de Educación Presencial del establecimiento, Fidel Castro de la Cruz, señala que no hay suficientes profesores. “Se nos dificulta hacer esos cursos. Por presupuesto, no estamos en capacidad de contratar nuevos docentes, contratos, etc”. Allí se optó por tomar el examen de ingreso a primer año de carrera. Se abrieron cursos de preparación bajo la modalidad de educación continua, para que los estudiantes estén listos para rendir el Ser Bachiller e ingresen directamente a primer año. Estas capacitaciones tienen un costo de USD 425.

https://www.elcomercio.com/tendencias/cursos-nivelacion-universidades-bachilleres-educacionsuperior.html 






sábado, 13 de mayo de 2017

Madres desaparecidas, un drama familiar

Mery Vinueza realiza hoy una misa, en Cotocollao, para recordar a su mamá desaparecida. Foto: EL COMERCIO


9 de Mayo de 2015
Diego Bravo C. (I)

Ellos no se conocen, pero sus historias coinciden en los pasillos de los hospitales, unidades de Policía, albergues y terminales de buses... Allí, los hijos pegan los afiches de sus madres desaparecidas. Otros visitan cada semana la Fiscalía para averiguar cómo avanzan las indagaciones de sus casos.

Hoy se recuerda el Día de la Madre y Mery Vinueza no puede celebrarlo, porque su mamá no regresa desde el 15 de junio del 2013. En el anaquel de su casa del barrio San José Obrero (vía a Nono, noroccidente de Quito) reposa la fotografía de María Julia Vinueza, de 84 años. En la imagen, la mujer acurruca una figura del Divino Niño y abraza a su hija. “Esta fue la última vez que le celebramos el Día de la Madre y nos fuimos a El Teleférico.

Salimos a comer con la familia”, recuerda Mery en la terraza de su casa, mientras señala el bosque en el que María Julia fue vista por última vez. La mujer que tenía alzhéimer (problemas de la memoria) salió a visitar a uno de sus hijos, pero no regresó. Hay personas que dicen haberla visto caminar entre los árboles. Este caso consta en la base de datos de la organización Desaparecidos Ecuador que dirige María de Lourdes Mejía.

La entidad refiere que, de los 101 casos de desapariciones y muertes violentas que allí se registran, el 50% son mamás. En su vivienda del barrio La Tola (Centro Histórico de Quito), la dirigente guarda los expedientes de su caso y cuenta que su hija desaparecida hace cinco años, María Fernanda Guerrero, tuvo dos niños. Contiene sus lágrimas y se le quiebra la voz al recordar a sus nietos. No los ha visto desde la ausencia de María Fernanda y al Día de la Madre lo vive con incertidumbre porque desconoce lo que pasó con su hija.

En una habitación de tres metros por tres conserva intactas las pertenencias de María Fernanda: una cama de madera, sus dibujos, su ropa, las fotos de los dos pequeños. Desde que se creó la organización, Mejía organiza agasajos para los niños que no ven a sus mamás. “Así, compenso la ausencia de mi hija en esta fecha importante”.

La joven ahora tendría 30 años. Según datos de la Dinased, en esa edad se reporta la mayor cantidad de desapariciones a escala nacional con 1 685 hechos. De los 4 934 casos que hubo el año pasado, el 57% fue únicamente de mujeres. Las causas por las que se producen las desapariciones de mamás -argumenta Desaparecidos Ecuador- son la violencia intrafamiliar, los delitos (asaltos y robos).

La Policía refiere, en cambio, que el 5,18% de desapariciones se dan por enfermedades (alzhéimer, autismo, síndrome de Down, etc.). Otras fotografías reposan sobre la mesa de Isabel Cabrera, que busca a su madre desde el 29 de abril del 2011. En el segundo piso de un viejo edificio en San Juan, un barrio céntrico de Quito, la mujer cuenta su historia y muestra la imagen de Leonor Ramírez impresa en una hoja de papel. Ella desapareció cuando tenía 73 años.


La mujer no vuelve con sus allegados desde que salió a visitar a uno de sus hijos. Ese día, la mujer no portaba documentos de identidad. Lo que más le preocupa a Isabel es que su mamá tiene alzhéimer y se olvidó cómo regresar a su vivienda. Cuando llegaba la celebración por el Día de la Madre, Isabel llevaba a su “mamita” a la peluquería para que la arreglaran y le organizaba un almuerzo con sus hermanos. Antes de la desaparición, sus hijos le iban a hacer una fiesta y le habían comprado regalos. “Yo tenía ropa para entregarle”.

Sobre un viejo sofá en el departamento, ella acumula decenas de carteles con el rostro de su mamá. Como homenaje por este día -asegura- saldrá a pegar más afiches en la calle. Lo mismo vive Tatiana Aguirre al recordar a su hermana, Tamara, ausente desde la mañana del 25 de junio del 2012 en Santo Domingo de los Tsáchilas. La víctima tenía tres hijos de 14, 13 y 7 años. Los pequeños preguntan por su mamá y sus tíos les calman, pero la mayor ya se enteró que Tamara está desaparecida. Ella dice que únicamente le quedan los recuerdos de los regalos que ella le entregaba por el Día de la Madre: le compraba tarjetas y una vez le obsequió una billetera. Esta vez, los parientes de la mujer tienen previsto hacer un almuerzo familiar y rezar por ella.

Luis Guillén, de 78 años, llora al recordar a su esposa María Cuenca Zhingue, desaparecida desde el 20 de agosto del 2014 en el sector Piedra Negra (vía Pasaje-Cuenca en El Oro). El hombre contó su historia por teléfono desde su humilde vivienda en el caserío Ducos del cantón Progreso. ¿Qué ropa vestía su mujer cuando ya no regresó? Llevaba una camiseta amarilla y una falda café y tenía 75% de discapacidad intelectual. La última ocasión que festejaron el Día de la Madre, la pareja bailó en una fiesta realizada en la casa de compadres.

Ese día se pelaron gallinas, cerdos. Se tomaron las manos y se vieron a los ojos como esposos por última vez. En contexto ​ Las estadísticas de la organización Desaparecidos Ecuador (Desendor) refieren que de 101 casos de desapariciones y muertes violentas que se registraron a escala nacional, el 50% corresponde a madres. Estas desapariciones son investigadas por la Dinased.

En su casa ubicada junto a La Basílica, Isabel Cabrera muestra la fotografía de su madre. Foto: EL COMERCIO

http://www.elcomercio.com/actualidad/ecuador-madres-desaparecidas-diamadre-dinased.html