jueves, 21 de septiembre de 2017

El rol de los cuidadores de los pacientes con alzhéimer

Personas con alzhéimer y sus familias estuvieron en la casa abierta de la Fundación TASE, en Quito, el fin de semana. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO



El cuidador, clave en paciente con alzhéimer

Diego Bravo Redactor (I)

El alzhéimer es una enfermedad que afecta a la memoria, al intelecto, al comportamiento y a la capacidad para realizar actividades cotidianas en adultos mayores. Tiene tres grados: leve, moderado y severo, los cuales necesitan diferentes tipos de cuidados.

Desde el 2016 hasta agosto del 2017 se han atendido 1 574 hombres y 2 889 mujeres por esta enfermedad en servicios del Ministerio de Salud.

María Soledad Chiriboga es geriatra del Hospital del Adulto Mayor, ubicado en San Carlos, en Quito. Ella reitera que los pacientes en etapa severa necesitan más cuidado que los de las dos fases anteriores.

Eso implica monitoreo las 24 horas, para evitar caídas, acompañamiento en el baño, alimentos blandos y suministro de medicinas, etc.

Bertha Medina tiene 83 años y está en el último grado de la enfermedad. No se ubica en el tiempo y espacio, presenta dificultad para identificar a la gente. Requiere ayuda permanente para su cuidado personal. Por las noches usa pañales.

Sus cuatro hijas se turnan para atenderla. “Una vez se cayó porque se tropezó con la alfombra. Se rompió la cabeza. No la dejamos sola”, cuenta Mónica Paredes, una de ellas. Lo mismo ocurre en el caso de Ramiro Mena, de 87. Sus hijas lo cuidan. No lo dejan solo porque podría perderse o encender la cocina y provocar un accidente. También sufrió una caída. Se quedó en el piso por varias horas, sin lograr comunicarse. Tras aquel incidente, ellas decidieron brindarle atención permanente.

El Día Internacional del Alzhéimer se recuerda hoy, 21 de septiembre. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia, en la que se incluye a este mal, afecta a unos 47 millones de personas en el planeta. De ellas, casi el 60% vive en países de ingresos bajos y medios.

Y cada año se reportan 9,9 millones casos nuevos. Se prevé que el total de afectados pase a 132 millones en el 2050. Para Walter Salvador, ellos serán quienes nacieron en 1980. Él dirige Trascender con Amor, Servicio y Excelencia (TASE), una fundación que apoya a personas con problemas de demencia.

El alzhéimer implica un alto costo económico y emocional para quienes se dedican a los cuidados: parientes o especialistas. Salvador calcula que los gastos mensuales de manutención por la enfermedad, en etapa severa, pueden alcanzar los USD 2 000 por persona.

Esto incluye medicinas, tratamientos y los salarios de las auxiliares enfermería, que se encargan de los cuidados durante las 24 horas en turnos rotativos. La OMS advierte que existe un “efecto abrumador” en los cuidadores de la gente que tiene la enfermedad.

Y ellos presentan presiones emocionales y hasta secuelas físicas. Martha Silva, de 51 años, es una auxiliar que labora desde el 2009 en un centro de ayuda para adultos mayores. Ella cuenta que ha tenido dolores en la espalda y los brazos.

Pero, a su juicio, el impacto emocional es más fuerte, para el cuidado. Se produce cuando se encariña con los pacientes y uno de ellos muere. Para evitar las lesiones, Chiriboga señala que en el Hospital del Adulto Mayor hay talleres para capacitar a familiares y cuidadores especializados.

Primero se ayuda de forma directa a los pacientes con grado leve, para que aprendan técnicas de estimulación cognitiva y fortalezcan la memoria. El fin es evitar que pierdan la independencia y puedan desarrollar sus actividades.

En casos moderados se incorpora a los familiares. Les enseñan los cuidados y educan en el manejo psicológico de los síntomas conductuales. También, cómo evitar la postración por la enfermedad. Finalmente, intervienen los terapeutas de lenguaje y respiratorios. Enseñan a los parientes los diferentes tipos de alimentación para evitar atragantamientos y las neumonías por broncoaspiración.

A esas capacitaciones acude Paredes para ayudar a su madre Bertha. Allí aprendió a moverla porque el cuerpo de las personas con alzhéimer se vuelve rígido. Además, le enseñaron a evitar dejar objetos con los que la señora pueda tropezar y tener accidentes. 

lunes, 11 de septiembre de 2017

Los cupos en las facultades de medicina de universidades privadas son insuficientes ante la demanda

En la Universidad San Francisco hubo 600 aspirantes para una oferta de 100 cupos. Foto: Vicentes Costales / EL COMERCIO
La oferta en universidades privadas en Medicina es limitada


Diego Bravo C. (I)

En un año, Martín Oña rindió pruebas para ingresar a las facultades de Medicina de las universidades Católica, San Francisco, Internacional y De las Américas, pero en ninguna aprobó. Sus familiares le aconsejaron seguir otra carrera.

“Los exámenes eran muy complicados. No sabía qué hacer”, recuerda el joven, de 20 años. Incluso trató de inscribirse en un centro de Argentina. Pero al final no lo hizo porque su familia no podía costear la educación en ese país.

Finalmente, tras rendir una nueva evaluación en la Universidad de Las Américas, él logró ingresar a Fisioterapia. Ahora, su objetivo es aprobar el primer semestre y luego cambiarse a la carrera de sus sueños. Considera que es la única forma de acceder a ella.

En este mes comienzan las clases en las facultades de Medicina del país. Y, miles de bachilleres se quedaron sin la posibilidad de estudiar esa profesión. No hay suficientes plazas para cubrir la demanda.

Leonardo Bravo es director ejecutivo de la Asociación de Facultades Ecuatorianas de Ciencias Médicas y de la Salud (Afeme), que reúne a centros públicos y particulares. Comenta que este es un problema que se presenta de forma recurrente en época de matrículas.

Con datos de esa organización, el dirigente asegura que más de 2 000 chicos buscan seguir Medicina en universidades particulares, por semestre. Pero cada centro dispone de apenas cien cupos.

La situación se repite en otros países. Por ejemplo, en España, como recoge El Mundo. Para Medicina se inscribieron 46 408 chicos y solo había 5 632 plazas en la ‘U’ pública.

En Ecuador está entre las carreras más buscadas por quienes rinden el Ser Bachiller, para obtener cupo en el sistema de educación superior público. En la primera postulación, de julio, según la Senescyt, fue la segunda más demandada, detrás de Enfermería.

Esa información coincide con la que brinda Antonio Domínguez, decano de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). En la última convocatoria de ese centro en este año -asegura el profesional- hubo 1 500 chicos que rindieron el examen de ingreso y apenas pueden admitir a 140.

En la Universidad San Francisco de Quito el panorama es similar. Su director de Admisiones, Diego Gabela, anota que se registraron 600 aspirantes y apenas había cien cupos.

María Luisa Félix, directora de Nivelación y Admisiones de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), dice que se presentaron 1 350 jóvenes y solo hubo lugar para 100, para este semestre.

Mauro Toscanini, rector de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, señala que al inicio de cada semestre siempre hay un promedio de 1 000 jóvenes para Medicina. Pero apenas hay 250 plazas. Ante esa situación, miles de jóvenes se frustran. No encuentran cupos ni en los privados, en donde el semestre cuesta entre USD 3 925 y 5 425.

Doménica Palacios, de 18 años, se graduó en julio pasado y rindió las pruebas para ingresar a Medicina en las universidades Católica, De las Américas y San Francisco. En ninguna aprobó. Su madre, Ámbar Páez, recuerda que su hija lloró al leer la respuesta que le envió la USFQ, vía e-mail: no logró un cupo.

Tampoco accedió a la PUCE, en donde se inscribió al curso de nivelación que dura 16 semanas y cuesta USD 400. Este comenzará el próximo lunes 18.

Según el Reglamento General de Estudiantes, una vez que el aspirante aprueba el curso, podrá ingresar al primer semestre de carrera a partir de abril del próximo año. “El 80% de inscritos a este curso son los que aspiran estudiar medicina”, manifiesta Domínguez.

Un sistema similar hay en la de Ciencias Médicas de la U. Santiago de Guayaquil. Se escoge a los alumnos con notas desde 8 sobre 10 en adelante.

Los decanos de Medicina comentan que hay otros factores que definen el ingreso de los chicos. Por ejemplo, en la San Francisco se analizan las notas de primero a tercero de bachillerato de los aspirantes y el promedio mínimo que deben sacar es 8 sobre 10. A esto se suma que deben aprobar dos evaluaciones.

Ante eso, hay chicos que se preparan con antelación para acceder a esa carrera. Gabriel Pazmiño, de 19 años, ingresó a la USFQ el semestre pasado. Siguió cursos por su cuenta. Contrató un profesor particular y también revisó los cuestionarios del Ser Bachiller, que se emplean para quienes buscan ingresar a las universidades públicas del país.

“No quise terminar como algunos amigos que han dado pruebas en varios centros y no han podido ingresar”, dice.

Uno es de ellos es Martín Oña, cuyo objetivo es acumular buenas notas en Fisioterapia para cambiarse a Medicina. Para el joven, lo más duro fue enterarse que no ingresó a la Católica, estudiar allí era su anhelo. Admite que falló en las pruebas de razonamiento asbtracto, matemática y lenguaje. Comenzará clases en la UDLA el 25 de septiembre.

En contexto

La carrera de Medicina es una de las más demandadas históricamente, por quienes rinden el examen nacional para acceder a instituciones de educación superior. La prueba se toma desde el 2012. A partir de este año el ENES se unificó con el Ser Bachiller.

https://www.elcomercio.com/tendencias/oferta-privada-medicina-limitada-universidades.html