jueves, 23 de febrero de 2017

Cobertura de los 20 años de la Guerra del Cenepa I

Corría enero de 1995 cuando yo, en ese tiempo de 14 años, veía las noticias sobre un nuevo conflicto armado entre Ecuador y Perú. Me llamó mucho la atención lo que ocurría y, desde ese momento, comencé a investigar por mi cuenta sobre las guerras que atravesaron ambas nacionaes, así como los protocolos y tratados de límites que suscribieron. Cuando pisé por primera vez la base del destacamento Teniente Hugo Ortiz se me erizó la piel, más cuando los soldados indígenas de esa zona recordaban, con notable exactitud,  lo que ocurrió en los días de conflicto. Lo mismo pasó cuando llegué a Cóndor Mirador, desde donde se observa todo el Valle del Cenepa, que incluye las bases de Coangos, Soldado Monge, Cahuide en Perú...

La clave en esta cobertura fue haber investigado previamente sobre el tema. Incluso tenía mapas con los que calculaba las ubicaciones de cada destacamento mientras sobrevólabamos en helicóptero la Cordillera del Cóndor. También el tipo de armamento que se utilizó como los aviones que combatieron el 10 de febrero de 1995. Ahora, el sector en donde se desarrolló la guerra es de paz. Los soldados peruanos y ecuatorianos tienen buenas relaciones. Incluso se reúnen hasta para jugar fútbol o practicar otros deportes. La gente de ambos países tiene lazos de amistad y familiares. El comercio se desarrolla con fluidez.

Estas son las entregas de lo que fueron los tres reportajes llamados 'A 20 años de la Guerra del Cenepa', publicados en noviembre del 2014.

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El comercio internacional se intensifica en Twintza

En Puerto Minas, ecuatorianos y peruanos intercambian y comercializan alimentos en la orilla del río Santiago. Fotos: EL COMERCIO
22 de noviembre de 2014
Diego Bravo C. (I)
Especial desde la frontera sur

El sol todavía no aparece, pero en el río se escuchan los motores de las lanchas que suben desde los pueblos peruanos por el Santiago, un río que divide a Ecuador y Perú. Las pequeñas embarcaciones de madera trasladan el verde y llegan hasta Puerto Minas en el cantón Tiwintza (Morona Santiago).

Este fue fundado el 23 de octubre del 2002. Desde hace un año, ecuatorianos y peruanos se unen en ese punto, los jueves y sábados, para la feria binacional. Todo comienza a las 07:00, pero los mercaderes arriban en la madrugada para ganar puesto.

Cerca de 150 comerciantes de los dos países venden e intercambian frutas, utensilios de cocina, útiles de aseo, pescado, enlatados, arroz, azúcar, aceite... A tres kilómetros de allí está el destacamento del Ejército ecuatoriano Soldado Monge, uno de los puntos de combate durante la Guerra del Cenepa de 1995 en la que hubo 31 soldados nacionales fallecidos.

En ese lugar aún quedan los restos de lo que fueron las trincheras que los soldados cavaron para protegerse de los bombardeos. En enero del 2015 se cumplirán 20 años del conflicto y hoy el panorama es diferente en esa zona. La espesa vegetación fue reemplazada por el puerto comercial y el V Eje Binacional de que conecta ese lugar con Santiago y Patuca (120,5 km). A las 07:00 del 15 de noviembre pasado, los vendedores que habitan en las 12 comunidades fronterizas ecuatorianas y que acuden a la feria, recordaban cómo progresó el sitio y lo que vivieron durante el conflicto. “Yo colaboré como abastacedor de comida.
Los combates se daban en medio de la neblina y se escuchaban las detonaciones como dinamita”, dice Washington Zabala, quien nació en el sector hace 46 años. Al frente se encuentra el destacamento peruano de Cahuide, en la Y de los ríos Santiago y Yaupi. En 1999, allí se colocó el último hito fronterizo entre las dos naciones tras la firma de los acuerdos de paz y se reunieron los expresidentes Jamil Mahuad y Alberto Fujimori.

Hoy, la figura del hito luce desgastada. Las astas con los colores de las banderas de Ecuador y Perú que se instalaron en ese año aún continúan allí junto a dos viejas casetas. En esos días de guerra, el peruano Leonardo Mashingash tenía 24 años. Hoy cumplió 44. Se dedica a entregar verde y dice que con la creación del mercado llegó el progreso a la frontera y a los poblados de su país.

Mientras se daban los enfrentamientos, él recuerda que la gente se escondía en el monte y se alimentaba de lo que hallaba en la selva: frutos y animales silvestres. Lloraban y sentían que iban a morir. Mashingash proviene de la comunidad 2 de Mayo de 480 habitantes, quienes aún viven en medio de la selva. Dice que no tienen electricidad, agua potable, ni alcantarillado.

El puerto más cercano en la selva peruana está a un día de viaje y por eso la gente del vecino país se abastece en Ecuador. Para hacerlo, ellos entregan su cédula en el puesto de control del destacamento Soldado Monge y pasan con un salvoconducto. La guerra y otros pueblos A más de cuatro horas de viaje desde el cantón Tiwintza están Gualaquiza y Tundayme. El toque de queda se iniciaba a las 22:00 y nadie podía salir a las calles de la primera en Morona Santiago, en donde se concentró el puesto abastecimiento de las tropas ecuatorianas.

Los vehículos y camiones militares se parqueaban en la vía principal que era lastrada y sobre el poblado volaban de forma permanente los helicópteros del Ejército que transportaban municiones y pertrechos. Esta vía en la actualidad es asfaltada y se levantó un monumento en honor a los héroes gualaquicenses caídos en el conflicto.

Uno es el soldado Milton Patiño, de 20 años, fallecido en el Valle del Cenepa. Su madre, Eulalia Chuva, conserva en su vivienda las condecoraciones de su hijo, cuyo nombre lleva una de las vías principales de esa ciudad. En Gualaquiza se recuerda que las mujeres preparaban alimentos secos (canguil, tostado y habas) para los soldados. Los envolvían en fundas plásticas y los uniformados los llevaban en helicópteros a las bases. Lo mismo se vivió en la parroquia Tundayme, ubicada a una hora y media del destacamento de Cóndor Mirador.

María Sarmiento, de 57 años, observaba desde su casa ubicada en las faldas de una colina cómo los aviones supersónicos Mirage del Ecuador volaban sobre la cordillera del Cóndor y vigilaban el Valle del Cenepa. Por las noches, la gente de ese poblado dormía en las alcantarillas por seguridad. Las luces de los morteros aparecían detrás de las montañas como si fueran fuegos artificiales.

Los jóvenes ayudaron a transportar los misiles del Ejército ecuatoriano utilizó en la guerra. Allí, el camino de acceso no ha cambiado y aún es de tierra. Como hace 20 años, la gente subsiste de la ganadería y la agricultura. Ahora ven los trabajos por el proyecto minero Mirador, que tiene reservas de cobre y está a cargo de la empresa china Ecuacorriente.

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Ecuador conserva seis bases que fueron importantes en la Guerra del 95

oEn el destacamento Cóndor Mirador hay cinco soldados del Ejército que hacen vigilancia y resguardan la soberanía nacional. Desde allí se observa el valle del Cenepa en la Amazonía. Foto: EL COMERCIO

23 de noviembre del 2014 
Diego Bravo C. (I)

Las trincheras del destacamento militar Teniente Hugo Ortiz, que en la guerra del Cenepa albergaron ametralladoras, morteros y municiones, lucen hasta hoy intactas pese a que han transcurrido casi 20 años del conflicto entre Ecuador y Perú. Miden 1,50 metros y se las usa para los entrenamientos de los soldados que viven allí y vigilan el territorio nacional.

Esta una de las 12 bases (Etza, Cóndor Mirador, Cueva de los Tayos, Base Sur, Base Norte, Coangos, Soldado Monge, La Y, Remolinos, Tiwintza y Banderas) que fueron consideradas simbólicas por las Fuerzas Armadas durante la guerra, la cual se desarrolló en un área que en 1995 no estaba delimitada en el valle del Cenepa. En esos puntos, entre el 26 de enero y el 28 de febrero de ese año, más de 70 soldados de los dos países murieron y cinco helicópteros peruanos fueron derribados por Ecuador.

De aquellos puestos, únicamente Coangos, Cóndor Mirador, Teniente Hugo Ortiz, Soldado Monge, Remolinos y Banderas siguen en territorio nacional. La vida allí ha cambiado, pues se redujo el número de personal militar y hoy cuentan con seis hombres, quienes hacen los patrullajes fronterizos. En la guerra había más de 100.

El suboficial Segundo Marián es el comandante del destacamento Teniente Hugo Ortiz, a donde se llega tras cinco horas de caminata desde Santiago o en 15 minutos si el traslado se hace en helicóptero. Él peleó en la zona de Tiwintza y se emociona al recordar lo que fueron los combates. “A veces disparábamos en tinieblas por la espesa neblina. La situación mejoró y tenemos buena relación con los vecinos del sur...”.

En los alrededores no hay poblados civiles, pero a 10 minutos de allí se encuentra el destacamento peruano de Chiqueiza que cuenta con ocho hombres. La mayoría de minas del sector han sido retiradas de la zona y el peligro ha disminuido. Hasta septiembre de este año, los ejércitos de Ecuador y Perú desminaron 8 000 metros cuadrados en donde se enterraron explosivos y destruyeron 4 000. El cabo segundo de la Marina, Héctor Guanoluisa, de 32 años, es el segundo comandante en Teniente Hugo Ortiz. Cuenta que hasta se reúnen con los peruanos para jugar fútbol. También intercambian alimentos. Hacía calor (28°) la mañana del 19 de noviembre pasado cuando ellos recibieron la visita de este Diario que viajó en helicóptero hasta ese lugar. El recorrido incluyó las bases de Coangos y Cóndor Mirador.

La alimentación no varía en esos sitios y se consumen alimentos enlatados. En las afueras de los destacamentos se percibe el olor de la sardina que la preparan como sopa o ensalada. Lo mismo hacen con el atún u otras conservas en grano. Como bebidas toman jugos en polvo (fresco solo). La espesa vegetación de la zona ya no cubre las viejas casas de madera en donde viven los soldados y que siguen de pie aunque han transcurrido 20 años. Estas son de color verde, negro y marrón como los trajes de camuflaje y el techo es de zinc.

En la guerra, los soldados del Ecuador se comunicaban por radio, pero ahora cuentan con teléfonos satelitales y antenas de televisión por cable. Todos los días, los comandantes de cada destacamento se reportan con las bases principales. Los de Teniente Hugo Ortiz y Soldado Monje dan parte al Batallón de Selva 61 Santiago, mientras que los de Cóndor Mirador, Remolinos y Banderas lo hacen con el Batallón de Selva 63 Gualaquiza.

Los recuerdos de la guerra Paneles solares abastecen de energía a los destacamentos militares ecuatorianos. A 10 kilómetros de Teniente Hugo Ortiz se encuentra la base de Soldado Monge que también cuenta con seis uniformados. Ellos cuidan el paso fronterizo y registran a los comerciantes peruanos que visitan Ecuador para la feria binacional que funciona en Puerto Minas. También dan seguridad a los mercaderes de la zona cuando el comercio allí se agiliza. La gente de allí los identifica y sienten que su presencia les da seguridad. El peruano Hernán Pizango tenía 30 años cuando las dos naciones se enfrentaron.

Le entristece recordar que no pudo ver a sus familiares ecuatorianos durante ese tiempo y cuando ya se firmó la paz viajó hasta Macas para visitarlos. Mira a los soldados como amigos cuando ellos patrullan en las orillas del río Santiago. En las paredes de los destacamentos están escritos los nombres de los soldados y hay otros recuerdos de la guerra: en Teniente Hugo Ortiz se instaló una placa en honor al soldado Héctor Pilco, quien murió allí.

En Cóndor Mirador se conserva hasta hoy el fuselaje de un helicóptero peruano caído. La camaradería es constante entre los uniformados de los dos países. Los peruanos del destacamento de Cahuide, ubicado frente al de soldado Monge, saludan a lo lejos con sus similares ecuatorianos cuando se encuentran en La Y de los ríos Yaupi y Santiago, en plena frontera binacional. Los patrullajes son continuos y a veces se trasladan en canoas de un punto a otro. Cada mañana, los uniformados izan las banderas de sus países y juran vigilar con honor los pasos fronterizos y su territorio...

Los hermanos Llivisaca, excombatientes en guerra del 95. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO  
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Al km2 de Tiwintza no llegan las obras ofrecidas

 
La base de Tiwintza durante los combates. Los soldados escribieron: “Ni un paso atrás”. Foto: Archivo / EL COMERCIO
24 de noviembre del 2014
Diego Bravo C. 
Especial desde la frontera sur (I)

El helicóptero Súper Puma vuela sobre la fronteriza Cordillera del Cóndor, una cadena montañosa de bosque tropical, visible desde Gualaquiza (Morona Santiago). Desde allí se observan los destacamentos ecuatorianos y peruanos que albergaron a miles de soldados durante la guerra de 1995.

Pero en el kilómetro cuadrado que corresponde a Tiwintza únicamente hay vegetación. Este fue considerado un punto simbólico durante el conflicto por las tropas ecuatorianas y las del país vecino, que trataron de llegar allí sin lograrlo. Tras la firma de la paz, el 26 de octubre de 1998, los gobiernos de ambas naciones acordaron que ese punto pertenezca a Ecuador, pero en territorio peruano. También, decidieron delimitar el kilómetro cuadrado de Tiwintza con hitos ubicados en los vértices, así como la construcción del Parque de la Paz que incluiría un monumento para recordar a los soldados fallecidos en los 34 días que duró el conflicto.
El acuerdo incluyó la construcción de una carretera binacional. El decreto suscrito ese año autoriza la transferencia del kilómetro cuadrado de Tiwintza al país “en propiedad y a título gratuito”. Eso significa que el lugar es de Ecuador, pero bajo la soberanía del vecino del sur.

Ahora, para llegar al lugar se requiere que la Cancillería de Ecuador solicite un permiso especial a su similar del Perú. El sitio en donde funcionó la base militar no es el mismo. Desde el aire ya no se divisa la frase “Ni un paso atrás” que los soldados escribieron con piedras blancas sobre la tierra. Tampoco aparecen los letreros escritos sobre madera con los nombres de los comandos y unidades del Ejército que lucharon por el país. En 1995, allí se tomaron fotografías los altos oficiales de las Fuerzas Armadas que dirigieron las operaciones durante la guerra. En enero del 2015 se cumplirán 20 años de la guerra del Cenepa.

Sin embargo, ¿qué se cumplió de los ofrecimientos en Tiwintza tras la firma de la paz? José Ayala Lasso fue canciller en el gobierno de Jamil Mahuad y formó parte de las negociaciones de paz. Dice que desde el aire no se puede ver el sitio en donde está Tiwintza actualmente, pero indica que los hitos están en los vértices del kilómetro.

Pero todavía no se levanta la carretera del lado ecuatoriano. En Perú se iniciaron las obras en noviembre de 1999 y sigue en proceso de construcción. Se prevé que esta tenga una extensión de 7 kilómetros. En el 2001, los militares extranjeros utilizaron el Batallón de Gualaquiza como centro de operaciones para concretar la vía. También, está pendiente el parque para ubicar el monumento a los héroes.

Allí solo están los árboles de la selva... Un nuevo Tiwintza El 25 de octubre del 2002, en Morona Santiago, se fundó el cantón Tiwintza, con pueblos y comunidades shuar. Allí todavía se recuerdan los momentos e historias de lo que fueron los combates contra el Perú. Este sitio fue creado en honor a los soldados que defendieron el país. Por eso, en la plaza central de Santiago (capital del cantón) se instaló una placa metálica que recuerda los nombres de los uniformados que participaron en el conflicto. Uno de ellos es Germán Llivisaca Izquierdo, de 58 años, quien actualmente se desempeña como concejal de Tiwintza.

Él recuerda que dirigía el puesto de atención médica en el destacamento Teniente Hugo Ortiz durante las batallas. Lo más difícil para él fue ayudar a los compañeros que murieron y perdieron sus extremidades en las minas. “Uno me pedía que lo salve. Lamentablemente el helicóptero se demoró tres horas en llegar a auxiliarlo y murió en mis brazos, cuando le daba respiración boca a boca”. El hombre señala la placa del parque y cuenta que sus hermanos, René y Jorge, también estuvieron en los combates.

El primero conducía una lancha que navegaba por las noches con abastecimientos de armas, municiones y soldados. “Una vez, los enemigos me interceptaron en La Y de los ríos Yaupi y Santiago. Abrieron fuego, pero solo un tiro llegó a la parte delantera del bote. Ese día rescatamos a un compañero que perdió una pierna”. El segundo patrullaba el hito 19 en la frontera y tuvo un enfrentamiento porque los enemigos trataban de cavar una pica en el límite internacional.

En la guerra de 1995, Santiago era un cacerío y para ir desde allí a Patuca se necesitaba hasta tres días de viaje a pie. Desde hace un año, el cantón cuenta con el V Eje Binacional y el trayecto se demora una hora. Este recorre las parroquias Santiago y San José de Morona que tiene 8 000 habitantes, quienes cuentan con todos los servicios básicos.

Allí, la gente desconoce el origen del nombre Tiwintza. Pese a ello, Germán Llivisaca explica que un indígena shuar vivía en el sitio en donde hubo los enfrentamientos y su nombre era Tiwi. “Intza significa agua. Los términos se complementaron y al final salió el nombre”. En español significa la cascada de Tiwi...

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domingo, 19 de febrero de 2017

Edecanes, testigos privilegiados de los secretos presidenciales

Alarcón reemplazó a Abdalá Bucaram en la Presidencia de la República en febrero de 1997, luego de una protesta (foto inferior). Lucio Gutiérrez fue su edecán durante todo el período del Mandatario hasta 1998, cuando llegó Jamil Mahuad. Archivo / EL COMERIO

10 de enero del 2015
Diego Bravo C. (C)

Llevan un cordón dorado que cuelga entre el hombro y el segundo botón de la chaqueta del uniforme militar 4A o formal. Se llama ‘aiguillete’ y es la insignia tradicional que portan únicamente los edecanes.

No todos los militares pueden ocupar ese cargo, sino solo los tenientes coroneles que hasta ese grado hayan acumulado las mejores calificaciones en los cuarteles. El promedio de 19,8 sobre 20 que tenía Lucio Gutiérrez durante su carrera militar lo llevó a ocupar ese puesto cuando Abdalá Bucaram se posesionó como presidente el 10 de agosto de 1996.

Ese día, el oficial se paró sobre la alfombra roja en el Pleno del Congreso y acompañó al Primer Mandatario por primera vez hasta que fuera destituido a inicios de febrero de 1997. Tras seis meses de Gobierno había conmoción. La gente pedía la salida Bucaram. En los últimos días del mandato, el entonces teniente coronel dejó el traje formal, se vistió de camuflaje y dirigió el operativo para evitar que los manifestantes ingresaran al Palacio.

Era 7 de febrero de 1997 y esa noche ayudó al Jefe de Estado para que saliera de Carondelet de forma secreta y lo trasladaron en avión a Guayaquil. Allí le notificaron que los militares le retiraron el respaldo. En esos momentos, Gutiérrez se quedó en Quito, pero a Bucaram lo acompañaba su otro edecán: el oficial de la FAE Leonardo Barreiro, quien 17 años después fue nombrado Jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., el máximo organismo que hay entre los militares.

El 22 de diciembre, la Asamblea aprobó las reformas a la Ley de Personal de las Fuerzas Armadas. Con ello, solo el Presidente de la República tendrá edecán. Julio Estrella / EL COMERCIO

El jueves, Bucaram habló con este Diario desde Panamá. Eufórico recordó a su edecán Barreiro. “Fue muy leal hasta el último. Me acompañó hasta mi casa y vio cómo me quitaron la seguridad y me abandonaron”. El edecán se alejó de él y ello ratificó que dejó de ser Presidente…Tras un hecho como este, el edecán se presenta en la Comandancia de la Fuerza a la que pertenece. Allí le dicen si continúa en el cargo o si le asignan otra función. En el caso de Gutiérrez, le indicaron que seguía, pero con el presidente interino Fabián Alarcón.

Ahora, el expresidente se dedica a actividades particulares. En su despacho, en el centro-norte de Quito, habló de lo que son los edecanes y cree que son un símbolo de las FF.AA. junto al Gobierno. Pero advierte que “su principal tarea es práctica: garantizar la seguridad”.

¿Qué hay detrás de la figura de los edecanes? ¿Ellos son el símbolo del poder militar en los gobiernos? El coronel en servicio pasivo del Ejército Gustavo Lalama acompañó al mandatario Sixto Durán Ballén desde 1992 hasta 1994. Su lema es “lealtad y discreción” ante la información reservada que se maneja en la Presidencia y las intimidades del Jefe de Estado.

Recibe a este Diario en su casa y asegura que los oficiales de este tipo son la presencia de las Fuerzas Armadas con el poder. Admite que con Durán Ballén son amigos hasta ahora. Lo mismo ocurre con Juan Villegas. Ahora, él es coronel en servicio pasivo y fue edecán de Gutiérrez en su etapa de Primer Mandatario.

Anda tenía 44 años cuando trabajó junto al comandante de la Fuerza Terrestre general Telmo Sandoval (izquierda). En la imagen aparece junto al general en una mina ubicada en el paralelo 38. Límite entre Corea del Sur y del Norte.
En su casa conserva una foto en la que el Jefe de Estado le agradece por su labor. Cuatro meses antes de que Gutiérrez fuera destituido, Villegas pasó a otra unidad militar. Comenzaba el 2005 y el panorama se complicaba: se había designado a la ‘Pichi’ Corte, que permitió el retorno de Bucaram, y las protestas se agravaban.

Gutiérrez recuerda que en el día de su salida, el 21 de abril de ese año, su ayudante militar ya no lo acompañó en Carondelet y estaba solo. Pasado el mediodía, soldados junto a dos altos oficiales acudieron a su despacho y le pidieron salir en helicóptero. “Eran como 50 y a empujones me sacaron”.

Hasta diciembre del año pasado, los edecanes eran designados con base en la anterior Ley de Personal de las FF.AA (art. 45). Así fue elegido el coronel Jaime Anda para acompañar al excomandante del Ejército general Telmo Sandoval, en 1999.




Anda tenía 44 años cuando trabajó junto al comandante de la Fuerza Terrestre general Telmo Sandoval (izquierda). En la imagen aparece junto al general en una mina ubicada en el paralelo 38. Límite entre Corea del Sur y del Norte.   
También eran tiempos de agitada convulsión política tras el feriado bancario. En una ocasión, Anda tuvo que ir a ver a su jefe en un helicóptero porque las calles de Quito estaban bloqueadas y el piloto de la aeronave aterrizó en las canchas de la vivienda del general.

Luego, el entonces edecán fue agregado militar de Ecuador en EE.UU. y allí se enteró de la caída de Jamil Mahuad, el 21 de enero del 2000. La situación de los edecanes cambió desde las 18:00 del 22 de diciembre pasado.

Esa tarde, la Asamblea Nacional aprobó la reforma a la Ley de Personal. Con ello, solo el Presidente de la República tendrá un edecán; él lo designará y verá el tiempo que permanecerá en el cargo… Los titulares de otras Funciones del Estado no tendrán ese acompañante.

En la Escuela Superior Militar de Parcayacu, Juan Villegas acompaña al Primer Mandatario en un vehículo todoterreno del Ejército durante una ceremonia por el aniversario de la Batalla de Pichincha. Él fue edecán de Lucio Gutiérrez por dos años.

http://www.elcomercio.com/actualidad/historias-edecanes-secretospresidenciales-testimonios-ecuador.html

miércoles, 15 de febrero de 2017

21 337 personas con discapacidad aún están desempleadas en el país

Franklin Quishpe tiene discapacidad y no logra conseguir empleo. Foto: Diego Bravo / EL COMERCIO 

25 de agosto del 2016
Redacción Sociedad 
sociedad@elcomercio.com (I)

Desde hace cinco años, Franklin Quishpe vive con discapacidad: sus brazos son rígidos y camina con dificultad. El ingeniero en Administración de Procesos fue víctima de un asalto en San Roque, Centro Histórico de Quito. Al tratar de impedir que le robaran una máquina soldadora se cayó y se golpeó la cabeza. Tras aquel incidente, los médicos le hicieron una intervención en el cráneo y sufre parálisis.

Ahora, pese a que estudió una maestría en gerencia empresarial, no puede conseguir empleo y ha dejado su hoja de vida en decenas de compañías sin recibir respuestas. Este ecuatoriano sobrevive de las ventas del libro que escribió ‘Desarrollo Organizacional por procesos’, de sus consultorías particulares y de desarrollar tesis de grado para estudiantes. “Espero conseguir un trabajo. Me toca recoger de centavo en centavo para costear los servicios básicos”.

 Hasta julio de este año se registraron 259 506 personas con discapacidad que se encuentran en edad de trabajar, es decir que tienen de 18 a 65 años, en el país. De ellos, 80 070 están en la base de datos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) como afiliados activos (ver cuadro). Son personas bajo dependencia laboral, según el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis). Son 87 030 ciudadanos, si se suma a los afiliados voluntarios y a los trabajadores por cuenta propia. La cifra representa el 33% de quienes pudieran ser empleados.

Pero Xavier Torres, presidente del Conadis, señala que no todo el universo en edad de trabajar está en capacidad de hacerlo. Y menciona que, por ejemplo, han registrado a 21 360 personas que requieren de un cuidador, por su estado de salud, ya que no pueden ser autónomos. Ellos reciben el bono Joaquín Gallegos Lara, de USD 240 al mes. Otras 126 533 cobran una pensión por discapacidad de USD 50 porque se encuentran en situación de vulnerabilidad extrema. En ambos subsidios, el Estado invierte al año USD 137 436 600.

Además, pide revisar el incremento de personas discapacidad empleadas en seis años. En el 2011 había 9 911 empleadas. Torres señala que un estudio realizado por el Conadis les mostró que existe una brecha por cubrir de 21 337 personas que debieran emplearse.

El artículo 42 del Código del Trabajo establece que la empresa pública o privada que cuente con un número mínimo de 25 trabajadores debe contratar, al menos, a 4% de personas “con discapacidad en labores permanentes que se consideren apropiadas en relación con sus conocimientos, condiciones físicas y aptitudes individuales (…)”. No todas las empresas cumplen con la norma. Según el Conadis, el 20% en el país no contrata personas con discapacidad y por eso debe pagar las multas de 10 a 15 salarios mínimos vitales.

Añade que el 80% restante sí respeta la ley. Sobre si la crisis ha afectado a la población con discapacidad, Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, tiene su propia evaluación. La agremiación reúne a 10 000 firmas. Por eso su titular señala que las compañías no están contratando en este momento, a personas con y sin discapacidad porque sufren un decrecimiento económico. “Los ingresos han bajado, así como la liquidez”. Y, ¿qué pasa en las empresas? En Telefónica-Movistar se indicó que al momento cuentan con poco más del 4% de colaboradores con algún tipo de discapacidad. “Cumplimos la normativa en este tema”. En el Banco del Pichincha hay 221 trabajadores con discapacidad, que representan el 4,23% del total de colaboradores.

Ellos se desempeñan en Recursos Humanos, Servicios, Negocios, Finanzas y Riesgo. Uno de ellos es Álex Gándara, de 29 años, quien trabaja allí desde el 2010 y tiene discapacidad auditiva. Actualmente, él pertenece al Departamento de Administración de Bienes (de esa entidad financiera), en donde se encarga de cobrar cheques, archivar carpetas y otros trámites.

Su jefa, Adriana Cortez, se comunica con él mediante señas y le habla pausadamente, ya que el joven aprendió a leer los labios, también escribe frases cortas cuando es necesario. Gándara cuenta que pasó dos años sin conseguir trabajo hasta que ingresó al banco. Recuerda que, antes, luego de las entrevistas, en recursos humanos solo le decían que le iban a llamar tras dejar su hoja de vida y nunca tenía respuestas. Asegura que consiguió empleo luego de la implementación de leyes a favor de las personas con discapacidad. Otra es la historia de Quishpe, quien vive desesperado por falta de empleo, luego de que le operaran la cabeza.

Con el tratamiento que siguió en la Fundación Hermano Miguel volvió a caminar y mueve sus brazos con dificultad. Para conseguir dinero y mantener a su esposa e hija se propuso escribir y terminar su libro. “Tomaba un lápiz con mi boca y con este aplastaba las teclas de la computadora para digitar las letras”. María Eugenia Paredes, directora de ese centro, aseguró que hay varios casos como el de Quishpe. Cree que hay que preparar a las personas con discapacidad de acuerdo a las necesidades de las empresas. “No hay sitios donde ubicarlos porque no están capacitados para insertarse en lo que demandan las instituciones.
 Están saturados los puestos de recepcionista, archivadores y cosas de esa naturaleza. Piden perfiles que no se llenan porque no hay formación”. Con ese criterio coincide Cecilia Dousdebés, profesora que tiene parálisis cerebral leve y trabaja como docente desde hace más de 30 años. Recomienda a la gente que tiene discapacidad que se prepare académicamente para tener mejores opciones laborales.

Pero eso no se cumple en todos los casos. Eduardo Moreno, de 35 años, es psicólogo organizacional y no consigue trabajo desde el 2013, luego de que perdiera la visión en su ojo derecho en un accidente de tránsito. “Siempre llego al final de los procesos de selección de personal. Cuando les cuento que tengo discapacidad, quienes me entrevistan cambian de actitud y siempre me dicen lo mismo: le llamaremos”.

En los últimos años, él subsistió de una empresa consultora de Recursos Humanos y capacitación que montó junto con un amigo, pero por la crisis tuvo que cerrarla pues le cancelaron contratos. Busca empleo, pero cree que se le han cerrado las puertas debido a su condición física. Está a la expectativa de montar un nuevo emprendimiento...

En contexto 

En el país se reconoce la discapacidad física, intelectual, sensorial (auditiva, visual y de lenguaje) y psicosocial (antes llamada mental). Las compañías no están contratando en este momento a personas con y sin discapacidad porque sufren un decrecimiento económico.

http://www.elcomercio.com/actualidad/ecuador-discapacidad-desempleo-conadis.html.

martes, 14 de febrero de 2017

14 de febrero: La discapacidad no limita la salud sexual

Diego Bravo C. Redactor (I)
dbravo@elcomercio.com


Perdió la sensibilidad de sus piernas luego de un accidente de tránsito, en 1995. Ocurrió cuando el guayaquileño Juan Vasco, en ese entonces de 29 años, derrapó en una moto mientras circulaba por un paso a desnivel. En ese instante, su espalda se impactó contra el filo de una vereda y se fracturó la columna vertebral.

Las lesiones medulares graves le impedirían mover su cuerpo de la cintura hacia abajo, le dijeron los doctores. Eso le causó problemas para tener relaciones íntimas con su esposa. Pero buscó alternativas. Le colocaron un implante peneano semirrígido y flexible, que al ser manipulado permite doblar el pene hacia arriba o abajo, para lograr la erección o flacidez. En la década de los 90 le costó un millón de sucres.

Hoy se celebra el Día del Amor en el mundo y la sexualidad es una de sus expresiones. Quienes viven con discapacidad física (47% de 400 000 ecuatorianos) aprovechan los avances médicos para disfrutar de una vida sexual saludable. Édgar Lasso, urólogo del Hospital Vozandes, señala que implantar una prótesis semirrígida cuesta unos USD 6 000.

Según la Sociedad Ecuatoriana de Urología, 138 prótesis de ese tipo se han colocado del 2013 al 2015 en casas de salud privadas. De ellas, 16 se ubicaron en pacientes con lesiones medulares. En los hospitales del Seguro Social (IESS) se implantaron 13 prótesis maleables en los últimos tres años.

Entre otros métodos a los que los hombres pueden recurrir está el Viagra. El valor por unidad es de USD 10. Si no funciona se les receta inyecciones intracavernosas, que se aplican vía uretral o en los costados del pene. Una dosis cuesta USD 120, dice Lasso, y sirve para una relación sexual. Antes se debe analizar cómo reaccionará el paciente. Esas evaluación cuesta USD 300.

En el caso de las mujeres con movilidad reducida, el tratamiento es de carácter psicológico. Para la sexóloga clínica Daysi Guzmán, directora del Centro Terapéutico Amare, el cerebro es el órgano sexual más grande. Sugiere explotar otras áreas erógenas. Besar detrás de los oídos o cuello o caricias, estimulaciones en la espalda... Así lo viven Sarita Carlosana, de 44 años, y su esposo Amando Alcívar, de 42.

Se conocieron en los entrenamientos de tenis paralímpico y se casaron hace dos años. A él le cautivó la fuerza de carácter de su esposa, mientras que a ella le conquistó su bondad para ayudar a quienes se movilizan en silla de ruedas. Llevan una vida sexual saludable, la creatividad les permite complementarse. Buscan ser padres de modo natural.

Carlosama tiene una malfomación en la columna dorsal. Hoy prevén ir al cine y a cenar. De otro lado, Vasco y su señora planean pasear y divertirse como lo han hecho en 20 años. Tienen una tienda de abarrotes.
Otra técnica al alcance de los hombres con discapacidad física son las bombas hidráulicas, de dos y tres componentes. Las segundas, explica Lasso, cuestan entre USD 9 000 y USD 11 000. Jaime Abad preside la Sociedad Ecuatoriana de Urología. Explica que en la primera funciona una bomba, que extrae un líquido fisiológico estéril que llena dos prótesis inflables colocadas en el cuerpo cavernoso del pene. Lo mismo ocurre en la segunda, pero tiene tres piezas (ver cuadro).

En Ecuador, según datos de ese gremio, pocas personas con discapacidad lo usan por su costo. Cada año no más de 10 pacientes lo piden en centros privados. En los hospitales del IESS, 14 prótesis de este tipo se implementaron desde el 2014 hasta el año pasado.

El militar en servicio pasivo Edmundo Merizalde, quien usa silla de ruedas a raíz de un accidente aéreo en 1978, recurrió a una bomba hidráulica que le instalaron en EE.UU. Se casó, se divorció y tiene un hijo de 25 años. Aconseja buscar métodos para ser felices. En su caso, su recuperación tras el accidente duró tres años e incluyó lo físico y sexual. Hace cuatro años renovó las piezas del sistema hidráulico que lleva. Practica tenis y ha ganado torneos. No siente que su discapacidad lo limite.

Sarita Carlosama y su esposo, Amando Alcívar. Se casaron hace dos años. Buscan concebir un bebé. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO


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jueves, 9 de febrero de 2017

Tenencia y patria potestad de los hijos

La Clínica Juridica de la Universidad San Francisco de Quito interpuso la demanda de inconstitucionalidad del artículo 106 del Código de la Niñez y Adolescencia. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO



Tenencia y patria potestad de hijos se analizan en la Corte Constitucional




Diego Bravo Carvajal (I)
dbravo@elcomercio.com

La audiencia de inconstitucionalidad en contra del artículo 106, numerales ­2 y 4, del Código de la Niñez, que aborda el ejercicio de la patria potestad y la tenencia de los hijos, se desarrollará este jueves 9 de febrero de 2017, a las 15:00, en la Corte Constitucional. La demanda fue presentada por la Clínica Jurídica de la Universidad San Francisco (USFQ).

Según el documento, con ese artículo se viola el principio de corresponsabilidad parental al mantener un régimen de preferencia materna cuando se decide con quién se queda el niño. Además, que esta asignación automática de la tenencia a la madre es una disposición desactualizada, que no es compatible con la realidad actual y que data de 1860.

“Buscamos que la Corte establezca los parámetros con los que los jueces podrían evaluar los casos de tenencia de los hijos”, manifiesta el catedrático de la USFQ, Farith Simon. Añade que al existir la preferencia materna en la entrega y cuidado de los niños se vulnera el principio de igualdad. Cita al artículo 66, numeral 4 de la Constitución, que “reconoce y garantiza el derecho a la igualdad formal, material y a la no discriminación”.

De otro lado, en la demanda se indica que el artículo 106 es discriminatorio con las mujeres, “ya que al establecer una preferencia injustificada a la madre se perpetúa en la sociedad la idea tradicional de que el cuidado de los niños le corresponde exclusivamente a ella”. Darwin Seraquive es un abogado que trabajó como asesor de la exasambleísta Betty Amores en las reformas al Código de la Niñez y Adolescencia. A su juicio, sí es necesario que se establezcan nuevos parámetros para definir la tenencia y patria potestad de los hijos.

La razón: la equidad de género es igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Eso no implica que prevalezcan los de unos sobre los de otros. Esa demanda de inconstitucionalidad es seguida por grupos de padres que apoyan las reformas en el Código de la Niñez y la disminución en monto de pensiones. Coparentalidad anuncia para hoy un plantón en las afueras de la Corte.

Sin embargo, Simon aclaró que con la demanda se busca garantizar el bienestar de los niños y que se escoja al progenitor, sea hombre o mujer, que se encuentre en mejores condiciones para cuidarlos. 

Apremio por pensiones alimenticias 

Edison Rodríguez maneja legalmente el caso de Javier Donoso Saldarriaga, de 33 años, quien fue detenido por no pago de pensiones alimenticias de su hija porque no tenía empleo y tiene cáncer terminal. Junto a su defendido, presentaron una demanda de inconstitucionalidad en la Corte Constitucional. Foto: Diego Bravo Carvajal. Foto: Diego Bravo / EL COMERCIO


Los integrantes de ese colectivo afirman que se sumaron a la demanda de la Clínica Jurídica de la USFQ mediante la figura de Amicus Curiae (amigo de la corte). Igual con otra que se planteó contra el primer inciso del artículo 137 del Código Orgánico General de Procesos, sobre la detención por pensiones alimenticias.

Esa fue presentada por Javier Donoso Saldarriaga con el objetivo de regular el apremio o prisión por no pago de pensiones alimenticias. Lo hizo luego de que fuera detenido, en julio del 2016, tras acumular una deuda de más de USD 2 000 que no podía cancelar debido a que tiene cáncer terminal y se encuentra bajo tratamientos. Su abogado, Édison Rodríguez, señala que la prioridad es encontrar medidas que solucionen el tema del apremio. 

Apunta que no busca que se elimine la prisión, sino que se busquen medidas alternativas. Plantea que, como solución en estos casos, a los detenidos se les ayude con más opciones de trabajo si aplican en el programa Socio Empleo. Luego que entreguen un porcentaje de su salario para cubrir mensualidades impagas. Y propone que laboren en el día y por la noche acudan a un centro de rehabilitación hasta igualarse en los pagos.

Otra es que el juez, tras analizar la situación económica del infractor, dicte la enajenación de bienes para evitar que estos pasen a manos de otras personas como familiares o amigos cercanos. También que se pueda dejar bienes a modo de hipoteca. Rodríguez considera que es fundamental que se investigue pormenorizadamente cuántos bienes y dinero posee el padre, con seis meses a un año de antelación.

Así se evitarán casos de gente adinerada que traspasa sus bienes a otros y luego busca rebajar las pensiones con las facturas de los últimos tres meses. Por este caso se pronunció el presidente Rafael Correa y apoyó la demanda presentada por Donoso. De hecho, en la última audiencia de este caso estuvo presente el secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera. Ahora, Rodríguez y su defendido esperan que en los próximos 15 días, como máximo, la Corte Constitucional dicte sentencia en este caso.

Para Seraquive no se debe eliminar la prisión. Lo que se debería hacer, apunta, es que las deudas se puedan compensar. Es decir, que se done el auto si es que se atrasó más de dos meses en la cuota de la deuda. Es un tema administrativo, pudiera ser dispuesto por el juez sino se logra poner en la ley. Miriam Ernest, de la Coalición Nacional de Mujeres, pide favorecer la paternidad responsable. “Que no se violenten derechos, ahora resulta que estarán libres y los hijos, bien gracias. No se puede abogar por quienes no pagan”.

Artículo 106

El Juez debe observar:

Numeral 2. A falta de acuerdo de los progenitores o si lo acordado por ellos es inconveniente para el interés superior del hijo o hija de familia, la patria potestad de los que no han cumplido 12 años se confiará a la madre, salvo que se pruebe que con ello se perju­dica los derechos del niño o niña.

Numeral 4. Si ambos ­progenitores demuestran iguales condiciones, se preferirá a la madre, siempre que no afecte el interés superior del hijo o la hija.

http://www.elcomercio.com/tendencias/tenencia-patriapotestad-hijos-separacion-corteconstitucional.html