Vamos con la octava crónica de mi abuelo, Bolívar Bravo Arauz. Trata sobre varios hechos muy relevantes que se dieron, en Quito, a principios del siglo XX. Les sugiero que pongan mucha atención a las obras que Eloy Alfaro inició en la capital para mejorar las condiciones de salubridad e higiene. Lo mismo al leer cómo fue la construcción del ferrocarril.
Rige en el país el general Eloy Alfaro, es arzobispo de Quito Pedro González y Calisto, presidente del congreso el Dr. Manuel Benigno Cueva y vicepresidente Abelardo Moncayo.
El Concejo Municipal de Quito esta presidido por Genaro Larrea, vicepresidente Enrique Freile Zaldumbide.
El 11 de junio de 1897 se crea el colegio Mejía, con educación primaria, secundaria y normal.
En 1900 se halla al frente de la cartera de Instrucción Pública el doctor José Peralta, quien funda la primera escuela Nocturna de Artesanos, ya que está convencido de que solo la educación hará la transformación del país. Se sientan las bases para la creación de escuelas rurales. La primera escuela nocturna para adultos, creada por decreto de 21 de septiembre de 1900, con todos los elementos para brindar una buena enseñanza con la dotación de material didáctico, edificio adecuado y profesores preparados.
Se establecieron 581 becas, distribuidas en los diferentes colegios de la República. 50 en el Colegio Mejía, 20 en el colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil, 100 en la escuela de Artes y Oficios. El resto en planteles primarios de Quito, Guayaquil, Ambato, etc., 4 en la Universidad Central y 12 en el exterior.
El Dr. Peralta enunció, por primera vez, que se debía admitir a la mujer para estudios universitarios, brindándole así nuevos horizontes. Para el Conservatorio de Música contrató a los profesores Enrique Marconi, italiano, Pedro Traversari padre e hijo.
LA ESTADISTICA
Señalaba el Dr. Peralta que a las 407 escuelas nacionales, atendidas por 459 institutos y a los 120 municipales a cargo de 161 profesores, concurrían 36.296 alumnos. A las 360 escuelas municipales con 125 institutoras, asistían 24.800 niñas. A los 20 colegios nacionales y a los 28 colegios de niñas asistían 6252 alumnas.
En el empeño de contar con personal de profesores para las escuelas, el doctor Peralta y Celiano Monge, secretario de la Presidencia de la República, en febrero de 1901, fundaron los institutos pedagógicos para varones y señoritas, los normales Juan Montalvo y Manuela Cañizares.
LAS COMUNICACIONES.
Podemos afirmar que se hallaba incomunicada la Sierra con la Costa. Un viaje, con todos los riesgos duraba ocho días. El traslado de alimentos y mercaderías se lo hacía a lomo de mula. Había la institución de los arrieros. La diligencia iba hasta Tambillo. La vía era por Ventanas. Luego se llegaba a Guayaquil, asolada por varias pestes de la fiebre amarilla, la bubónica, el paludismo.
Alfaro, el viejo luchador, emprendió en su empresa colosal, la construcción del ferrocarril de Guayaquil a Quito o sea el ferrocarril trans andino, magna obra de excepcional importancia que se inició con el presidente García Moreno.
Coincidían en este aspecto, pero Alfaro estaba decidido a realizarla a toda costa. Alfaro tuvo que luchar en contra del congreso de 1898. Se levantó la bandera contra el contrato ferrocarrilero. Luego de tenaces gestiones se constituyó en Nueva Jersey “The Guayaquil and Quito Railway Company”. Dos hombres hicieron posible formación. El ministro Luis Felipe Carbo y el ingeniero norteamericano Archer Harman. Inicialmente el contrato constaba por 12.282.000 dólares en bonos para ser pagado gradualmente por el gobierno del Ecuador. Sobre esta cantidad se había emitido otros 5.250.000 dólares para ser pagados con lo que produzca el mismo ferrocarril.
Al terminar el primer período presidencial de Alfaro, el ferrocarril había avanzado (1901) hasta las faldas del Chimborazo en la Sierra. El ferrocarril se inauguró con gran alborozo el 5 de junio de 1908, en la segunda administración del general Alfaro.
EN FAVOR DE QUITO
Al contemplar el general Alfaro y los miembros de su gabinete el lamentable estado de la Capital de la República, resolvió dictar las medidas necesarias para su adecentamiento y cambio de vía. Pidió al Concejo Municipal de Quito la planificación y estudios inmediatos para la provisión del servicio de agua potable. Servicios de desagüe y canalización, así como lo relacionado con el alumbrado público. El gobierno de Alfaro dijo que está dispuesto a contribuir con el dinero que requiera para que estas obras indispensables para Quito se hagan realidad en el menor tiempo posible.
Inició la construcción del mercado de Santa Clara, ya que solamente se contaba con un mercado abierto en la plaza de San Francisco, a dos cuadras de la quebrada de Jerusalén y que constituía por lo tanto un foco de infección en la ciudad. Si bien es cierto Quito contaba por entonces con una población de 60.000 habitantes, debe recordarse que la ciudad estaba cruzada de quebradas y estas obras eran imprescindibles.
LA PRENSA
La prensa había florecido. La revolución liberal fue como una claridad de luz y libertad. A comienzos del XX, se hallaban en pleno apogeo los siguientes periódicos: El Grito del Pueblo, periódico ilustrado e informativo en Guayaquil desde fines del siglo anterior. El Tiempo de Quito y Guayaquil cuyo director era el coronel Luciano Coral, valiente hijo del Carchi.
También se publicaba en Quito un diario liberal llamado “El Pichincha”, cuyo director era F. Aristizábal.
También hallamos en Quito el Ecuador de Juan Ignacio Gálvez con propios talleres. El Sol, diario de la tarde Guayaquil del poeta José de Lapierre¸ El Mercurio de Guayaquil de Jacinto Jouvín Arce.
Aparecen también periódicos de oposición como Fray Gerundio y El Pobrecito, en Quito y Guayaquil.
Al terminar su período el general Alfaro, vienen los trabajos pre electorales, aparecen periódicos como el Diablo Predicador El Clavo, El Destripador y El Mortero por las candidaturas de los generales Leonidas Plaza y Manuel Antonio Franco.
Los conservadores tienen su periódico El Ecuatoriano dirigido por Ricardo Cornejo. En 1900, el Dr. Aparicio Ortega publica la revista jurídica política, en ella se hace un severo análisis de la época. Posteriormente aparecerá El Fígaro, El industrial y la Linterna en que se hacía conocer a la colectividad que un grupo jóvenes trabajaba por transformar el país. Eran Ellos: Miguel Valverde, Gonzalo S. Córdova, Luis N. Dillon, José María Ayora y Julio E. Moreno.
Foto de arriba: Foto de la Plaza de la Independencia, en el corazón del Centro Histórico de Quito, tomada en 1945 y es utilizada en este blog como una imagen referencial para esta crónica.
Crédito de la foto: del archivo fotográfico de la Reserva Alberto Mena y Caamaño. Centro Cultural Metropolitano. De la exposición LA CIUDAD, EL CAMPO Y LA PIEDRA. La mirada de Jones Odriozola.
La próxima espero que considere el título "sabores del Centro histórico"
ResponderEliminarEstaré pendiente de la proxima entrega. Esta fue estupenda, gracias.
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