lunes, 6 de enero de 2025

Páginas del periodismo nacional



El pasado 5 de enero se conmemoró el Día del Periodista Ecuatoriano y no podía dejar pasar esta fecha tan relevante. Comenzamos este año 2025 con otra crónica de Bolívar Bravo Arauz sobre la historia de esta hermosa profesión y cómo fue ganando relevancia con el pasar de los siglos y décadas, principalmente en Quito. Estas letras van dedicadas a todos los colegas del país. 

Páginas del periodismo nacional 

Por Bolívar Bravo Arauz para la Sección del Recuerdo de Diario El Comercio 

Al estudiar el desarrollo del periodismo en el Ecuador, se observa que la época del coloniaje representa para este la era primitiva o de estancamiento. El periodismo comienza a tomar vuelo v verdadero avance entre nosotros a partir de 1830, en que el Ecuador, antigua presidencia y Real Audiencia de Quito y Distrito del Sur se separan de la Gran Colombia. Con la fundación del periódico Los Andes ya se inicia una vida estable para el periodismo, cuya transformación gradual concluye en 1890, año en el que apare el Cristo del Pueblo que fija el rumbo moderno o de información. 

Los primeros periódicos, en la época del coloniaje y del Ecuador (1822-1830) dan la claridad para la inteligencia buscando dar al pueblo ideas de cultura e independencia y sintiendo la necesidad imperiosa de que el pensamiento libre abandone las cárceles. Es curioso anotar que casi de manera simultánea vieron la luz pública en Quito, Santa Fe (hoy Bogotá) y Lima periódicos destinados a dar luz en las tinieblas y despertar los ingenios. 

En realidad de verdad, no pudo buscarse un título más adecuado al primer periódico de Quito, el primer vocero nacional y dominante. Primicias de la Cultura de Quito, escrito por un varón superior, de mente privilegiada en la oscura noche de la Colonia, doctor Francisco Javier Eugenio Espejo, cuyo verdadero apellido era Chusig (lechuza), pues era de cuna indiana para orgullo de la raza aborigen. 

Espejo, científico, precursor de Pasteur en su teoría microbiana, rebelde en sus escritos, maestro y educador en sus libros: El nuevo Luciano de Quito, la Ciencia Blancardina y otras importantes obras.  

En la ciudad dormida, asentada al pie del Pichincha y otras colinas. Y lugares majestuosos como San Juan o Huanacauri, El Panecillo y el Itchimbía, apareció el jueves 5 de enero de 1792, el número I de las Primicias, cabalmente el día en que 27 años antes había aparecido y se fundaba en París, el Journal des Savant cuando apenas habían transcurrido tres años de la proclamación de la imprenta en Francia.  

El ejemplar del periódico de Espejo constaba de cinco hojas en cuarto y se conseguían suscripciones en la tienda de Antonio Andrade donde también se vendía el periódico.

El precio de cada pliego completo de la publicación era de real y medio de plata. Sin embargo, el presidente de los Oidores de la Audiencia abonó con gusto un peso por el ejemplar. 

Las Primicias tuvo una duración de tres meses escasos con siete números impresos en la imprenta de Raimundo Salazar Ramos.  

Sabemos ya que el director y redactor de Primicias fue el doctor Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz Espejo y Aldaz.

El periódico se presenta como una revista literaria y está consagrado a las "misceláneas", pero significaba un avance gigantesco en las ideas y planes de emancipación del autor.

Las autoridades reales calaron los propósitos de Espejo e iniciaron su persecución y terminaron por encerrarlo en la prisión de donde sólo lo sacaron para que muriera.

La "instrucción previa" a las Primicias (octubre de 1791) pone en evidencia los propósitos del precursor y allí hace gala de un estilo académico. sobrio y hace la apología de la prensa; dice debemos mirarla cual una mansión, acreedora, por lo tanto, del respeto de la posteridad.

Tras le estela del precursor, que era muy leído, y que además, sabía tratar sobre los más variados temas. en 1809 se publica La Gaceta de la Corte de Quito, que editó seis números y que tenía la finalidad de informar sobre los actos de la Junta Republicana y el primer grito de la Independencia. Hacía pues defensa de la corona de España. Era de tendencia realista.

Luego se publica en 1800 La Gaceta de la Corona, de vida efímera donde se hacía críticas a la viciosa administración colonial.

Luego de un periodo de receso de la pluma por la lucha cruel por la independencia, en 1821, aparece El Patriota, que circuló el lunes 21 de mayo de dicho año. Es la primera hoja impresa en Guayaquil.

Aparecía El Patriota los días sábados y su valor era de dos reales. La redacción era anónima, pero se atribuía su publicación a dos patriotas: José Joaquín de Olmedo y Rafael Jimena, miembros de la Suprema Junta Gubernativa. 

Se aclaraba que по se receptarían artículos injuriosos, sino tan solo aquellos que se relacionen a la ilustración al bien, a la prosperidad y libertad de la Patria, a noticias interesantes, a resoluciones del Gobierno, a las producciones literarias se le daban reglas periodísticas.

En El Patriota se publicó el parte oficial del combate de Cone (Boca de Yaguachi Viejo), ocurrido en agosto de 1821. En el año siguiente se publicó el República del Sur, de don Francisco Roca. 

En 1825 se publica en Quito El Noticiosito, a cuyos redactores protegía el general Juan José Flores.

Luego se publica el Pensador Quiteño, cuya imprenta fue empastelada. 

En 1827 circula en Quito El Imperial. 

En 1828 se introduce el periodismo en Cuenca, obra del padre Fray Vicente Solano y don Francisco Eugenio Tamariz se publica el Eco del Azuay. Asumió carácter literario, científico, religioso y político. 

En Quito aparece El Garrote y en Guayaquil se edita El Ruiseñor y El Colombiano del Guayas. 

En 1829 encontramos El Telescopio y La Alforia que atacan enérgicamente al general La Mar y a los invasores peruanos. 

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