Un blog - revista que reúne mis mejores artículos periodísticos, así como otros temas de interés. Gente, escenarios, relatos e imágenes urbanas. También recordar los invaluables tesoros que hay en las hemerotecas.
domingo, 26 de enero de 2025
Grandes figuras médicas de Quito
lunes, 20 de enero de 2025
Antiguas librerías de Quito
Quito ha contado, a lo largo de su historia, con una buena cantidad de librerías. Las primeras fueron instaladas en el Centro Histórico. De estas, la mayoría cerró y quedan pocas. En esta crónica de Bolívar Bravo Arauz se destaca la historia de las librerías del ayer y sus fundadores.
Fotografía: La papelería y librería localizada en la parte baja del Palacio de Carondelet en donde hasta ahora funcionan los locales comerciales, en la intersección de las calles García Moreno y Chile.
Crédito de la foto: INPC.
Antiguas librerías de Quito
No conocemos que en la época haya florecido el establecimiento de librerías. A los libros se los traía subrepticiamente.
Hasta llegan las noticias, de este siglo, que se había instalado una gran librería Sucre de Bonifacio Muñoz en el año de 1907. En el año 1906 se fundó en Quito el diario el Comercio que está celebrando 75 años, tres cuartos de siglo para honra y orgullo del país y del continente americano. También el Banco del Pichincha de gran prestigio.
La Librería Sucre estaba situada en el antiguo Pasaje Royal, de Vásconez, Durini y Miranda, hoy Pasaje Amador en la calle García Moreno. Muñoz era quiteño que amaba a su ciudad y tenía pasión por la cultura. Su librería tenía muchas estanterías con miles de volúmenes que comprendían todas las secciones: Ciencia, arte, literatura, con distintos géneros y autores consagrados. Era una novedad y un logro para la ciudad y para la época, se trataba de un hombre de visión.
Al año siguiente, en 1908, se inauguró con gran alborozo el Ferrocarril del Sur, grandiosa obra de Eloy Alfaro.
Muñoz publicó muchos catálogos y culturas bibliográficas con amplio conocimiento de la materia una nueva modalidad de interesar a la juventud estudiosa.
En 1918 se editó el importante catálogo especial de autores extranjeros y en 1920, el de autores ecuatorianos, dedicado a Guayaquil en el primer centenario de su independencia.
En el año 1919, el Ilustre Concejo Municipal, apreciando su valiosa obra de cultura, le otorgó una mención, cuyo diploma lleva el siguiente texto: La Municipalidad de Quito al don Bonifacio Muñoz, le concede este diploma de honor por su propaganda en pro de la cultura intelectual del país en el ramo de la librería. Quito, 10 de agosto de 1919. El presidente Dr. Abelardo Montalvo y el secretario J.B.Castrillón.
Bonifacio Muñoz instaló una sucursal en Guayaquil. Traía las últimas novedades en el ramo de librería, sobre todos los temas y de diversas casas editoras.
Su hermano Leonardo J. Muñoz también ha consagrado su existencia para formar la biblioteca más completa de autores nacionales, poseyendo mas de 10 000 volúmenes. Tiene ediciones rarísimas, colecciones completas de revistas de diversas épocas, Revista América, Caricatura Cocoricó, Vejeces y Novedades de la Academia de Historia que llenan varios volúmenes de la Casa de la Cultura, etc. Llama la atención la colección más completa de hojas sueltas de la colonia y muchas de ellas de carácter polémico. Ha sido un coleccionista. Su hijo es el doctor Aníbal Muñoz. La biblioteca está situada en la calle Loja.
Otras librerías fueron las de don Antonio Rivadeneira, en la calle García Moreno, entre Mejía y Olmedo. Vendía toda clase de textos de medio uso, devocionarios, libros de lectura como el Lector Ecuatoriano, textos de G.M. Bruno de Torres Quintero, el Lector Moderno de Aplettton, etc. Se le conocía con el sobrenombre de Mapapelotas.
Otra librería fue la de don Antonio Lucio Paredes. Tenía obras escogidas y valiosas. A ella acudían los intelectuales.
Hoy tenemos numerosas librerías en Quito. Hay la Librería Científica, la Universitaria, Su Librería, librería Selecciones de Muñoz Hermanos, librería Nacional y otras.
Pero merece mención especial la de un educador, la Central de don Carlos Romo Dávila, en la calle Mejía y Benalcázar. Una biblioteca con obras de diverso género. Tiene también libros antiguos muy valiosos, tanto nacionales como extranjeros. Don Carlos presta los textos a los estudiantes y a los obreros que desean ilustrarse tan solo con la presentación de carnet estudiantil y sin ninguna garantía.
Su único afán es difundir la cultura por todos los medios. A Romo se le debe el establecimiento del concurso del libro leído, oral y escrito que continuó con éxito por muchos años. Es fundador de varios planteles educativos y publicaciones pedagógicas de gran valor, dedicadas especialmente a la escuela activa.
Por Bolívar Bravo Arauz para El Comercio en la Sección del Recuerdo
lunes, 13 de enero de 2025
Noticias de las primeras publicaciones oficiales
Por Bolívar Bravo Arauz para El Comercio
Desde mayo de 1831, un año después de fundada la República del Ecuador, comienza a funcionar en esta capital la Imprenta de Gobierno o Nacional con gasto mensual de presupuesto de 89 pesos para el pago de personal. Los trabajos se hacían en papel venado y se gastaba de 16 a 25 pesos. Como director o regente de esta imprenta aparece Juan Campuzano, Rafael Viteri y como prensista o entintador Felipe García. El periódico oficial que se publica es la Gaceta de Quito, la que se imprimía en la Imprenta de la Universidad Central y aparecía los sábados de cada semana y se vendía a dos reales el ejemplar.
Por entonces la Imprenta Nacional o de Gobierno contaba tan solo con una prensa de mano y unas pocas cajas de tipos para el texto. Comenzaba la República a dar los primeros pasos.
Pero desde el año 1831 comienza a editarse la Gaceta de Quito, de formación tabloide, la que es sustituida por la Gaceta del Gobierno del Ecuador que llevó el nombre hasta el año 1835.
En 1836, segunda administración del general Juan José Flores, el periódico oficial lleva el nombre de Gaceta del Ecuador. Hasta 1845, año de la revolución Marcista o Civilista, en que echa abajo la Carta de la Esclavitud expedida por la Asamblea Constituyente de 1843 que ad hoc, pues la integraron con personal de la completa confianza a incondicionalidad de Flores, a quien incomodaba la alternabilidad republicana. Se formó el triunvirato formado por hombres selectos como José Joaquín Olmedo, Vicente Ramón Roca y Diego Noboa, los dos últimos posteriormente presidentes de Ecuador.
En 1846 se nombra como Director de la Imprenta de Gobierno a Joaquín Terán y como impresor a Juan Pablo Sánz.
El periódico Oficial de la administración del General José María Urbina el 6 de marzo que aparece en Guayaquil hasta el 12 de mayo y desde el 25 de junio se publica en Quito, en la Imprenta Gobierno. La Convención Nacional en la administración del Dr. Diego Noboa, se edita también en la Imprenta de Gobierno año 1851.
Con el nombre de El Nacional, periódico oficial se publica igualmente en el año 1845 en Cuenca hasta el año 1848.
Veinte y cinco números de El Nacional en la administración de Vicente Ramón Roca o sea desde el número 138 al 160.
Los periódicos oficiales que se han publicado en la Imprenta Nacional son los siguientes: 1886 El Nacional, nueva serie hasta el año 1888, Quito 1889, Diario Oficial, hasta 1891, 1889. El Telegrama hasta 1891, en la misma Imprenta. 1892, Periódico Oficial durante seis meses, hasta 1892, editándose en la Imprenta Nacional Quito.
Se debe recordar que la imprenta Nacional funcionaba en los bajos del Palacio de Gobierno, y tenía su entrada por la calle Chile, frente a la Iglesia de la Concepción. En el mismo Palacio funcionaba en la planta baja la Tesorería de la Nación. En la Planta alta, a más de la Presidencia de la República, los ministerios de Gobierno, Instrucción Pública, Guerra y Marina, y el Congreso Nacional con su respectivo Archivo y Secretaría.
En 1895, luego de la transformación liberal que llevó al poder al general Eloy Alfaro, se edita en Guayaquil desde el 1 de julio de aquel año, el REGISTRO OFICIAL, hasta el 28 de enero de 1896, en la Imprenta Pichincha. Luego continúa editándose el Registro Oficial en los años siguientes en la Imprenta Nacional, siendo al comienzo la distribución gratuita y posteriormente tiene el valor de 5 centavos.
En las páginas de El Nacional encontramos las actas o reservas de la Asambleas y congresos nacionales, informaciones judiciales , sentencias de la cortes, del Tribunal de Cuentas, partes de guerra y noticias oficiales.
lunes, 6 de enero de 2025
Páginas del periodismo nacional
El pasado 5 de enero se conmemoró el Día del Periodista Ecuatoriano y no podía dejar pasar esta fecha tan relevante. Comenzamos este año 2025 con otra crónica de Bolívar Bravo Arauz sobre la historia de esta hermosa profesión y cómo fue ganando relevancia con el pasar de los siglos y décadas, principalmente en Quito. Estas letras van dedicadas a todos los colegas del país.
Páginas del periodismo nacional
Por Bolívar Bravo Arauz para la Sección del Recuerdo de Diario El Comercio
Al estudiar el desarrollo del periodismo en el Ecuador, se observa que la época del coloniaje representa para este la era primitiva o de estancamiento. El periodismo comienza a tomar vuelo v verdadero avance entre nosotros a partir de 1830, en que el Ecuador, antigua presidencia y Real Audiencia de Quito y Distrito del Sur se separan de la Gran Colombia. Con la fundación del periódico Los Andes ya se inicia una vida estable para el periodismo, cuya transformación gradual concluye en 1890, año en el que apare el Cristo del Pueblo que fija el rumbo moderno o de información.
Los primeros periódicos, en la época del coloniaje y del Ecuador (1822-1830) dan la claridad para la inteligencia buscando dar al pueblo ideas de cultura e independencia y sintiendo la necesidad imperiosa de que el pensamiento libre abandone las cárceles. Es curioso anotar que casi de manera simultánea vieron la luz pública en Quito, Santa Fe (hoy Bogotá) y Lima periódicos destinados a dar luz en las tinieblas y despertar los ingenios.
En realidad de verdad, no pudo buscarse un título más adecuado al primer periódico de Quito, el primer vocero nacional y dominante. Primicias de la Cultura de Quito, escrito por un varón superior, de mente privilegiada en la oscura noche de la Colonia, doctor Francisco Javier Eugenio Espejo, cuyo verdadero apellido era Chusig (lechuza), pues era de cuna indiana para orgullo de la raza aborigen.
Espejo, científico, precursor de Pasteur en su teoría microbiana, rebelde en sus escritos, maestro y educador en sus libros: El nuevo Luciano de Quito, la Ciencia Blancardina y otras importantes obras.
En la ciudad dormida, asentada al pie del Pichincha y otras colinas. Y lugares majestuosos como San Juan o Huanacauri, El Panecillo y el Itchimbía, apareció el jueves 5 de enero de 1792, el número I de las Primicias, cabalmente el día en que 27 años antes había aparecido y se fundaba en París, el Journal des Savant cuando apenas habían transcurrido tres años de la proclamación de la imprenta en Francia.
El ejemplar del periódico de Espejo constaba de cinco hojas en cuarto y se conseguían suscripciones en la tienda de Antonio Andrade donde también se vendía el periódico.
El precio de cada pliego completo de la publicación era de real y medio de plata. Sin embargo, el presidente de los Oidores de la Audiencia abonó con gusto un peso por el ejemplar.
Las Primicias tuvo una duración de tres meses escasos con siete números impresos en la imprenta de Raimundo Salazar Ramos.
Sabemos ya que el director y redactor de Primicias fue el doctor Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz Espejo y Aldaz.
El periódico se presenta como una revista literaria y está consagrado a las "misceláneas", pero significaba un avance gigantesco en las ideas y planes de emancipación del autor.
Las autoridades reales calaron los propósitos de Espejo e iniciaron su persecución y terminaron por encerrarlo en la prisión de donde sólo lo sacaron para que muriera.
La "instrucción previa" a las Primicias (octubre de 1791) pone en evidencia los propósitos del precursor y allí hace gala de un estilo académico. sobrio y hace la apología de la prensa; dice debemos mirarla cual una mansión, acreedora, por lo tanto, del respeto de la posteridad.
Tras le estela del precursor, que era muy leído, y que además, sabía tratar sobre los más variados temas. en 1809 se publica La Gaceta de la Corte de Quito, que editó seis números y que tenía la finalidad de informar sobre los actos de la Junta Republicana y el primer grito de la Independencia. Hacía pues defensa de la corona de España. Era de tendencia realista.
Luego se publica en 1800 La Gaceta de la Corona, de vida efímera donde se hacía críticas a la viciosa administración colonial.
Luego de un periodo de receso de la pluma por la lucha cruel por la independencia, en 1821, aparece El Patriota, que circuló el lunes 21 de mayo de dicho año. Es la primera hoja impresa en Guayaquil.
Aparecía El Patriota los días sábados y su valor era de dos reales. La redacción era anónima, pero se atribuía su publicación a dos patriotas: José Joaquín de Olmedo y Rafael Jimena, miembros de la Suprema Junta Gubernativa.
Se aclaraba que по se receptarían artículos injuriosos, sino tan solo aquellos que se relacionen a la ilustración al bien, a la prosperidad y libertad de la Patria, a noticias interesantes, a resoluciones del Gobierno, a las producciones literarias se le daban reglas periodísticas.
En El Patriota se publicó el parte oficial del combate de Cone (Boca de Yaguachi Viejo), ocurrido en agosto de 1821. En el año siguiente se publicó el República del Sur, de don Francisco Roca.
En 1825 se publica en Quito El Noticiosito, a cuyos redactores protegía el general Juan José Flores.
Luego se publica el Pensador Quiteño, cuya imprenta fue empastelada.
En 1827 circula en Quito El Imperial.
En 1828 se introduce el periodismo en Cuenca, obra del padre Fray Vicente Solano y don Francisco Eugenio Tamariz se publica el Eco del Azuay. Asumió carácter literario, científico, religioso y político.
En Quito aparece El Garrote y en Guayaquil se edita El Ruiseñor y El Colombiano del Guayas.
En 1829 encontramos El Telescopio y La Alforia que atacan enérgicamente al general La Mar y a los invasores peruanos.