La clave en esta cobertura fue haber investigado previamente sobre el tema. Incluso tenía mapas con los que calculaba las ubicaciones de cada destacamento mientras sobrevólabamos en helicóptero la Cordillera del Cóndor. También el tipo de armamento que se utilizó como los aviones que combatieron el 10 de febrero de 1995. Ahora, el sector en donde se desarrolló la guerra es de paz. Los soldados peruanos y ecuatorianos tienen buenas relaciones. Incluso se reúnen hasta para jugar fútbol o practicar otros deportes. La gente de ambos países tiene lazos de amistad y familiares. El comercio se desarrolla con fluidez.
Estas son las entregas de lo que fueron los tres reportajes llamados 'A 20 años de la Guerra del Cenepa', publicados en noviembre del 2014.
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El comercio internacional se intensifica en Twintza
En Puerto Minas, ecuatorianos y peruanos intercambian y comercializan alimentos en la orilla del río Santiago. Fotos: EL COMERCIO |
Diego Bravo C. (I)
Especial desde la frontera sur
El sol todavía no aparece, pero en el río se escuchan los motores de las lanchas que suben desde los pueblos peruanos por el Santiago, un río que divide a Ecuador y Perú. Las pequeñas embarcaciones de madera trasladan el verde y llegan hasta Puerto Minas en el cantón Tiwintza (Morona Santiago).
Este fue fundado el 23 de octubre del 2002. Desde hace un año, ecuatorianos y peruanos se unen en ese punto, los jueves y sábados, para la feria binacional. Todo comienza a las 07:00, pero los mercaderes arriban en la madrugada para ganar puesto.
Cerca de 150 comerciantes de los dos países venden e intercambian frutas, utensilios de cocina, útiles de aseo, pescado, enlatados, arroz, azúcar, aceite... A tres kilómetros de allí está el destacamento del Ejército ecuatoriano Soldado Monge, uno de los puntos de combate durante la Guerra del Cenepa de 1995 en la que hubo 31 soldados nacionales fallecidos.
En ese lugar aún quedan los restos de lo que fueron las trincheras que los soldados cavaron para protegerse de los bombardeos. En enero del 2015 se cumplirán 20 años del conflicto y hoy el panorama es diferente en esa zona. La espesa vegetación fue reemplazada por el puerto comercial y el V Eje Binacional de que conecta ese lugar con Santiago y Patuca (120,5 km). A las 07:00 del 15 de noviembre pasado, los vendedores que habitan en las 12 comunidades fronterizas ecuatorianas y que acuden a la feria, recordaban cómo progresó el sitio y lo que vivieron durante el conflicto. “Yo colaboré como abastacedor de comida.
Los combates se daban en medio de la neblina y se escuchaban las detonaciones como dinamita”, dice Washington Zabala, quien nació en el sector hace 46 años. Al frente se encuentra el destacamento peruano de Cahuide, en la Y de los ríos Santiago y Yaupi. En 1999, allí se colocó el último hito fronterizo entre las dos naciones tras la firma de los acuerdos de paz y se reunieron los expresidentes Jamil Mahuad y Alberto Fujimori.
Hoy, la figura del hito luce desgastada. Las astas con los colores de las banderas de Ecuador y Perú que se instalaron en ese año aún continúan allí junto a dos viejas casetas. En esos días de guerra, el peruano Leonardo Mashingash tenía 24 años. Hoy cumplió 44. Se dedica a entregar verde y dice que con la creación del mercado llegó el progreso a la frontera y a los poblados de su país.
Mientras se daban los enfrentamientos, él recuerda que la gente se escondía en el monte y se alimentaba de lo que hallaba en la selva: frutos y animales silvestres. Lloraban y sentían que iban a morir. Mashingash proviene de la comunidad 2 de Mayo de 480 habitantes, quienes aún viven en medio de la selva. Dice que no tienen electricidad, agua potable, ni alcantarillado.
El puerto más cercano en la selva peruana está a un día de viaje y por eso la gente del vecino país se abastece en Ecuador. Para hacerlo, ellos entregan su cédula en el puesto de control del destacamento Soldado Monge y pasan con un salvoconducto. La guerra y otros pueblos A más de cuatro horas de viaje desde el cantón Tiwintza están Gualaquiza y Tundayme. El toque de queda se iniciaba a las 22:00 y nadie podía salir a las calles de la primera en Morona Santiago, en donde se concentró el puesto abastecimiento de las tropas ecuatorianas.
Los vehículos y camiones militares se parqueaban en la vía principal que era lastrada y sobre el poblado volaban de forma permanente los helicópteros del Ejército que transportaban municiones y pertrechos. Esta vía en la actualidad es asfaltada y se levantó un monumento en honor a los héroes gualaquicenses caídos en el conflicto.
Uno es el soldado Milton Patiño, de 20 años, fallecido en el Valle del Cenepa. Su madre, Eulalia Chuva, conserva en su vivienda las condecoraciones de su hijo, cuyo nombre lleva una de las vías principales de esa ciudad. En Gualaquiza se recuerda que las mujeres preparaban alimentos secos (canguil, tostado y habas) para los soldados. Los envolvían en fundas plásticas y los uniformados los llevaban en helicópteros a las bases. Lo mismo se vivió en la parroquia Tundayme, ubicada a una hora y media del destacamento de Cóndor Mirador.
María Sarmiento, de 57 años, observaba desde su casa ubicada en las faldas de una colina cómo los aviones supersónicos Mirage del Ecuador volaban sobre la cordillera del Cóndor y vigilaban el Valle del Cenepa. Por las noches, la gente de ese poblado dormía en las alcantarillas por seguridad. Las luces de los morteros aparecían detrás de las montañas como si fueran fuegos artificiales.
Los jóvenes ayudaron a transportar los misiles del Ejército ecuatoriano utilizó en la guerra. Allí, el camino de acceso no ha cambiado y aún es de tierra. Como hace 20 años, la gente subsiste de la ganadería y la agricultura. Ahora ven los trabajos por el proyecto minero Mirador, que tiene reservas de cobre y está a cargo de la empresa china Ecuacorriente.
http://www.elcomercio.com/actualidad/comercio-internacional-intensifica-twintza.html
Ecuador conserva seis bases que fueron importantes en la Guerra del 95
oEn el destacamento Cóndor Mirador hay cinco soldados del Ejército que hacen vigilancia y resguardan la soberanía nacional. Desde allí se observa el valle del Cenepa en la Amazonía. Foto: EL COMERCIO |
23 de noviembre del 2014
Diego Bravo C. (I)
Las trincheras del destacamento militar Teniente Hugo Ortiz, que en la guerra del Cenepa albergaron ametralladoras, morteros y municiones, lucen hasta hoy intactas pese a que han transcurrido casi 20 años del conflicto entre Ecuador y Perú. Miden 1,50 metros y se las usa para los entrenamientos de los soldados que viven allí y vigilan el territorio nacional.
Esta una de las 12 bases (Etza, Cóndor Mirador, Cueva de los Tayos, Base Sur, Base Norte, Coangos, Soldado Monge, La Y, Remolinos, Tiwintza y Banderas) que fueron consideradas simbólicas por las Fuerzas Armadas durante la guerra, la cual se desarrolló en un área que en 1995 no estaba delimitada en el valle del Cenepa. En esos puntos, entre el 26 de enero y el 28 de febrero de ese año, más de 70 soldados de los dos países murieron y cinco helicópteros peruanos fueron derribados por Ecuador.
De aquellos puestos, únicamente Coangos, Cóndor Mirador, Teniente Hugo Ortiz, Soldado Monge, Remolinos y Banderas siguen en territorio nacional. La vida allí ha cambiado, pues se redujo el número de personal militar y hoy cuentan con seis hombres, quienes hacen los patrullajes fronterizos. En la guerra había más de 100.
El suboficial Segundo Marián es el comandante del destacamento Teniente Hugo Ortiz, a donde se llega tras cinco horas de caminata desde Santiago o en 15 minutos si el traslado se hace en helicóptero. Él peleó en la zona de Tiwintza y se emociona al recordar lo que fueron los combates. “A veces disparábamos en tinieblas por la espesa neblina. La situación mejoró y tenemos buena relación con los vecinos del sur...”.
En los alrededores no hay poblados civiles, pero a 10 minutos de allí se encuentra el destacamento peruano de Chiqueiza que cuenta con ocho hombres. La mayoría de minas del sector han sido retiradas de la zona y el peligro ha disminuido. Hasta septiembre de este año, los ejércitos de Ecuador y Perú desminaron 8 000 metros cuadrados en donde se enterraron explosivos y destruyeron 4 000. El cabo segundo de la Marina, Héctor Guanoluisa, de 32 años, es el segundo comandante en Teniente Hugo Ortiz. Cuenta que hasta se reúnen con los peruanos para jugar fútbol. También intercambian alimentos. Hacía calor (28°) la mañana del 19 de noviembre pasado cuando ellos recibieron la visita de este Diario que viajó en helicóptero hasta ese lugar. El recorrido incluyó las bases de Coangos y Cóndor Mirador.
La alimentación no varía en esos sitios y se consumen alimentos enlatados. En las afueras de los destacamentos se percibe el olor de la sardina que la preparan como sopa o ensalada. Lo mismo hacen con el atún u otras conservas en grano. Como bebidas toman jugos en polvo (fresco solo). La espesa vegetación de la zona ya no cubre las viejas casas de madera en donde viven los soldados y que siguen de pie aunque han transcurrido 20 años. Estas son de color verde, negro y marrón como los trajes de camuflaje y el techo es de zinc.
En la guerra, los soldados del Ecuador se comunicaban por radio, pero ahora cuentan con teléfonos satelitales y antenas de televisión por cable. Todos los días, los comandantes de cada destacamento se reportan con las bases principales. Los de Teniente Hugo Ortiz y Soldado Monje dan parte al Batallón de Selva 61 Santiago, mientras que los de Cóndor Mirador, Remolinos y Banderas lo hacen con el Batallón de Selva 63 Gualaquiza.
Los recuerdos de la guerra Paneles solares abastecen de energía a los destacamentos militares ecuatorianos. A 10 kilómetros de Teniente Hugo Ortiz se encuentra la base de Soldado Monge que también cuenta con seis uniformados. Ellos cuidan el paso fronterizo y registran a los comerciantes peruanos que visitan Ecuador para la feria binacional que funciona en Puerto Minas. También dan seguridad a los mercaderes de la zona cuando el comercio allí se agiliza. La gente de allí los identifica y sienten que su presencia les da seguridad. El peruano Hernán Pizango tenía 30 años cuando las dos naciones se enfrentaron.
Le entristece recordar que no pudo ver a sus familiares ecuatorianos durante ese tiempo y cuando ya se firmó la paz viajó hasta Macas para visitarlos. Mira a los soldados como amigos cuando ellos patrullan en las orillas del río Santiago. En las paredes de los destacamentos están escritos los nombres de los soldados y hay otros recuerdos de la guerra: en Teniente Hugo Ortiz se instaló una placa en honor al soldado Héctor Pilco, quien murió allí.
En Cóndor Mirador se conserva hasta hoy el fuselaje de un helicóptero peruano caído. La camaradería es constante entre los uniformados de los dos países. Los peruanos del destacamento de Cahuide, ubicado frente al de soldado Monge, saludan a lo lejos con sus similares ecuatorianos cuando se encuentran en La Y de los ríos Yaupi y Santiago, en plena frontera binacional. Los patrullajes son continuos y a veces se trasladan en canoas de un punto a otro. Cada mañana, los uniformados izan las banderas de sus países y juran vigilar con honor los pasos fronterizos y su territorio...
Los hermanos Llivisaca, excombatientes en guerra del 95. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO |
Al km2 de Tiwintza no llegan las obras ofrecidas
La base de Tiwintza durante los combates. Los soldados escribieron: “Ni un paso atrás”. Foto: Archivo / EL COMERCIO |
Diego Bravo C.
Especial desde la frontera sur (I)
El helicóptero Súper Puma vuela sobre la fronteriza Cordillera del Cóndor, una cadena montañosa de bosque tropical, visible desde Gualaquiza (Morona Santiago). Desde allí se observan los destacamentos ecuatorianos y peruanos que albergaron a miles de soldados durante la guerra de 1995.
Pero en el kilómetro cuadrado que corresponde a Tiwintza únicamente hay vegetación. Este fue considerado un punto simbólico durante el conflicto por las tropas ecuatorianas y las del país vecino, que trataron de llegar allí sin lograrlo. Tras la firma de la paz, el 26 de octubre de 1998, los gobiernos de ambas naciones acordaron que ese punto pertenezca a Ecuador, pero en territorio peruano. También, decidieron delimitar el kilómetro cuadrado de Tiwintza con hitos ubicados en los vértices, así como la construcción del Parque de la Paz que incluiría un monumento para recordar a los soldados fallecidos en los 34 días que duró el conflicto.
El acuerdo incluyó la construcción de una carretera binacional. El decreto suscrito ese año autoriza la transferencia del kilómetro cuadrado de Tiwintza al país “en propiedad y a título gratuito”. Eso significa que el lugar es de Ecuador, pero bajo la soberanía del vecino del sur.
Ahora, para llegar al lugar se requiere que la Cancillería de Ecuador solicite un permiso especial a su similar del Perú. El sitio en donde funcionó la base militar no es el mismo. Desde el aire ya no se divisa la frase “Ni un paso atrás” que los soldados escribieron con piedras blancas sobre la tierra. Tampoco aparecen los letreros escritos sobre madera con los nombres de los comandos y unidades del Ejército que lucharon por el país. En 1995, allí se tomaron fotografías los altos oficiales de las Fuerzas Armadas que dirigieron las operaciones durante la guerra. En enero del 2015 se cumplirán 20 años de la guerra del Cenepa.
Sin embargo, ¿qué se cumplió de los ofrecimientos en Tiwintza tras la firma de la paz? José Ayala Lasso fue canciller en el gobierno de Jamil Mahuad y formó parte de las negociaciones de paz. Dice que desde el aire no se puede ver el sitio en donde está Tiwintza actualmente, pero indica que los hitos están en los vértices del kilómetro.
Pero todavía no se levanta la carretera del lado ecuatoriano. En Perú se iniciaron las obras en noviembre de 1999 y sigue en proceso de construcción. Se prevé que esta tenga una extensión de 7 kilómetros. En el 2001, los militares extranjeros utilizaron el Batallón de Gualaquiza como centro de operaciones para concretar la vía. También, está pendiente el parque para ubicar el monumento a los héroes.
Allí solo están los árboles de la selva... Un nuevo Tiwintza El 25 de octubre del 2002, en Morona Santiago, se fundó el cantón Tiwintza, con pueblos y comunidades shuar. Allí todavía se recuerdan los momentos e historias de lo que fueron los combates contra el Perú. Este sitio fue creado en honor a los soldados que defendieron el país. Por eso, en la plaza central de Santiago (capital del cantón) se instaló una placa metálica que recuerda los nombres de los uniformados que participaron en el conflicto. Uno de ellos es Germán Llivisaca Izquierdo, de 58 años, quien actualmente se desempeña como concejal de Tiwintza.
Él recuerda que dirigía el puesto de atención médica en el destacamento Teniente Hugo Ortiz durante las batallas. Lo más difícil para él fue ayudar a los compañeros que murieron y perdieron sus extremidades en las minas. “Uno me pedía que lo salve. Lamentablemente el helicóptero se demoró tres horas en llegar a auxiliarlo y murió en mis brazos, cuando le daba respiración boca a boca”. El hombre señala la placa del parque y cuenta que sus hermanos, René y Jorge, también estuvieron en los combates.
El primero conducía una lancha que navegaba por las noches con abastecimientos de armas, municiones y soldados. “Una vez, los enemigos me interceptaron en La Y de los ríos Yaupi y Santiago. Abrieron fuego, pero solo un tiro llegó a la parte delantera del bote. Ese día rescatamos a un compañero que perdió una pierna”. El segundo patrullaba el hito 19 en la frontera y tuvo un enfrentamiento porque los enemigos trataban de cavar una pica en el límite internacional.
En la guerra de 1995, Santiago era un cacerío y para ir desde allí a Patuca se necesitaba hasta tres días de viaje a pie. Desde hace un año, el cantón cuenta con el V Eje Binacional y el trayecto se demora una hora. Este recorre las parroquias Santiago y San José de Morona que tiene 8 000 habitantes, quienes cuentan con todos los servicios básicos.
Allí, la gente desconoce el origen del nombre Tiwintza. Pese a ello, Germán Llivisaca explica que un indígena shuar vivía en el sitio en donde hubo los enfrentamientos y su nombre era Tiwi. “Intza significa agua. Los términos se complementaron y al final salió el nombre”. En español significa la cascada de Tiwi...
http://www.elcomercio.com/actualidad/tiwintza-obras-frontera-guerra-cenepa.html