Un blog - revista que reúne mis mejores artículos periodísticos, así como otros temas de interés. Gente, escenarios, relatos e imágenes urbanas. También recordar los invaluables tesoros que hay en las hemerotecas.
martes, 21 de noviembre de 2017
La realidad de los niños con cáncer en Ecuador
Diego Bravo Carvajal
En el 2013 le detectaron un tumor en el brazo izquierdo. Alexandra enfrentó una metástasis, así que el cáncer se expandió al pulmón. Para extraerlo, los médicos le practicaron una cirugía en el tórax. La enfermedad avanzó con tanta agresividad que no resistió y falleció el año pasado, con apenas 11 años.
En algún momento del tratamiento, por falta de recursos económicos, la chica lo abandonó, recordó Wilson Merino Rivadeneira. Él es el coordinador de la iniciativa Acuerdo Nacional contra el Cáncer.
Zayda, de 13, perdió su pierna derecha. Sentía fuertes dolores y sus padres primero la llevaron con curanderos. Cuando el malestar se agravó, ella pidió que le amputaran la extremidad. Su mamá no podía costear los gastos, así que dejó de acudir al oncólogo. También pesaron las distancias.
Ella es originaria de la comunidad Saraguro, ubicada a cuatro horas de Loja y no podía ir al especialista. No logró cumplir con la agenda de citas que le fijó su médico.
Según información levantada por la Fundación Cecilia Rivadeneira, en este año, a escala nacional, el 54% de infantes abandona los procedimientos médicos en algún momento. Las causas: problemas económicos, depresión y las distancias que deben recorrer para acudir a las consultas.
En el 2016 hubo 64 935 pacientes con neoplasias en el país, según el Intituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC). Las neoplasias malignas son cánceres. De ellos, 5 117 fueron chicos, desde recién nacidos hasta los 14 años. En el 2013 fueron 5 400 casos; 5 349 el 2014 y 4 975 afectados el 2015.
En todos estos años, la mayoría de infantes tuvo leucemia linfoide, cuyos síntomas son moretones, dolor de huesos, fiebre, infecciones frecuentes y sangrados de encías. A escala mundial, la situación es similar. Lo corrobora un estudio del Centro Internacional de Investigaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Indica que del 2001 al 2010, esta enfermedad fue 13% más común en los niños que en la década de los ochenta. La leucemia fue la más común en menores de 15, seguida por tumores del sistema nervioso central y los linfomas.
Fernando Checa es oncólogo del Hospital de los Valles de Quito. Asegura que es muy grave que los chicos abandonen los tratamientos, para retomarlos luego. Si se hacen pausas en la medicación para la leucemia, lo más probable es que esta se vuelva más resistente al reanudar los procedimientos.
En otros tipos de cáncer, los tumores pueden generar clones que son muy peligrosos. Ante ese panorama, el colectivo, que en redes sociales aparece como #AcuerdoContraElCáncer, acaba de entregar al Consejo Nacional Electoral (CNE) las 159 786 firmas que recolectó en el país (cuatro veces más de lo requerido).
El colectivo espera por la validación de las firmas para el proyecto de Ley Orgánica de Lucha Integral, como iniciativa ciudadana. Luego vendrá el trámite en la Asamblea. Uno de sus objetivos es generar políticas, para que los pacientes puedan asistir a las consultas.
En ese sentido en la normativa se plantea la creación de un Consejo Nacional de Lucha contra el problema, integrado por ocho instituciones públicas y la misma cantidad de privadas. Merino asegura que el Consejo se encargaría de trabajar en la ejecución de mecanismos lúdicos en los centros asistenciales.
Para que se permita tener clowns hospitalarios para pacientes oncológicos. Así se combatiría la depresión, como ya se hace en algunos casos. También piden la formulación de políticas de empleo solidario. Uno de los mayores problemas -recalca- es que las madres de estos chicos pierden sus trabajos por dedicarse a cuidarlos. Se necesita mayor flexibilidad laboral. Merino es coordinador de esa red, que suma a 18 organizaciones.
El acuerdo surgió hace dos años. Han tenido 39 encuentros territoriales, en los que han participado 9 000 pacientes y sus familiares. La prioridad es convertir a la iniciativa en un proyecto que se enfoque en políticas de prevención del cáncer.
Ayer, delegados de más de cien organizaciones de la sociedad civil se unieron al Acuerdo Nacional contra el Cáncer e intentan que la ciudadanía y las autoridades hagan conciencia. “Lo que no se previene hoy, no es gasto permanente para el Estado después”, repite Merino.
http://www.elcomercio.com/tendencias/cancer-ninos-ecuador-cifras-acuerdocontraelcancer.html
miércoles, 15 de noviembre de 2017
Las amputaciones de pie por la diabetes
Por diabetes, pacientes pueden perder el pie
Diego
Bravo Redactor (I) dbravo@elcomercio.com
A Jorge Quishpe, de 63 años, le
amputaron el pie izquierdo hace una década. Recuerda que su pie empezó a
gangrenarse luego de pisar un clavo.
Él tiene
diabetes desde 1994. Al principio sangró un poco, pero con el pasar de los
días, esa parte comenzó a descomponerse y se hizo morada. La lesión empeoró y
se trasladó a un hospital de la capital. Allí, los médicos le dijeron que tiene
pie diabético y debían cortarlo. Ahora camina con la ayuda de una prótesis.
En esta
semana se recuerda el Día Internacional de ese mal. Según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), 1,6 millones de muertes se produjeron por esta
dolencia, a escala global, hasta el 2015. Además, en 1980 hubo 108 millones de
pacientes. En el 2014 se reportaron 422 millones.
Ecuador
no es ajeno a esa realidad. Según estadísticas del Instituto Ecuatoriano de
Estadísticas y Censos (INEC), los decesos subieron en un 51% desde el 2007
hasta el 2016. Es decir, pasaron de 3 292 a 4 906 en 10 años.
Esta
enfermedad causa otras complicaciones como lesiones en vasos sanguíneos y
renales y ceguera. También pie diabético que, a veces, obliga a cercenarlo como
consecuencia de una infección.
El
Ministerio de Salud Pública (MSP) refiere que, en el país, la incidencia de
amputaciones se sitúa entre 2,5 o 6 por cada 1 000 pacientes al año.
Según
datos recopilados en los centros asistenciales del Instituto Ecuatoriano de
Seguridad Social (IESS), 200 se reportaron en el 2015 y 182 en el 2016. Desde
enero hasta septiembre de este año hubo 159.
Carlos
Cadena es endocrinólogo y representante de la Clínica del Pie Diabético del
Hospital Carlos Andrade Marín del IESS. Explica que mensualmente atiende unas
ocho personas con ese problema.
Con base
en datos de la Asociación Americana de Diabetes, él señala que cerca del 15% de
personas sufrirá úlceras en el pie durante el transcurso de la enfermedad. Este
problema se produce -asegura- por el mal control metabólico. A esto se suma que
la gente no se cuida en la alimentación, abusa de los carbohidratos o consumen
bebidas azucaradas en exceso.
Para
William Acosta, líder de Endocrinología del Hospital Eugenio Espejo de Quito,
esta “es una de las complicaciones más tristes porque es la más fácil de
evitar”. Si un paciente con esa enfermedad se cuida el azúcar en la sangre no
tendrá problemas en la extremidad.
En ese
sentido, Romina Costa, responsable de la estrategia nacional de enfermedades
crónicas no transmisibles del MSP, dice que el pie diabético se origina luego
de cinco años de malos controles. Si alguien presenta lesiones, lo primero que
debe hacer es acudir a un centro asistencial. También hay casos -dice Acosta-de
gente a la que se le amputó solo una parte del pie.
Eso lo
vivió Luis Granda, de 75 años, a quien le cortaron una parte del talón
izquierdo. Comenzó a sentir dolor cuando salía a caminar. Luego, apareció una
mancha marrón y cuando llegó al Hospital del IESS le detectaron la lesión. Su
esposa, María Aguas, lo acompaña. Le limpia la herida y lleva al podólogo para
que le corte las uñas y no se lastime.
También
debe cuidarse de no contraer hongos. A Sonia Ponce, de 56, le extirparon dos
dedos. Cuenta que uno de los zapatos especiales que se compró le lastimó. Ante
ese tipo de situaciones -recomiendan los médicos- los pacientes deben usar
medias blancas para detectar que se produjeron lesiones al caminar.
Esto
porque se pierde sensibilidad. “Lo más común es gente que anda con tachuelas en
los zapatos y no se da cuenta”, anota Acosta. En otros casos, contrajeron
lesiones porque tenían pepas de ajonjolí en el calzado y las defensas estaban
tan bajas que les produjeron heridas.
Cadena
asegura que el 50% de los amputados corren el riesgo de perder el otro pie
cinco años después de la primera cirugía. La razón: es más vulnerable a
lesiones.
Esa es la realidad de Quishpe. Tiene una artropatía de charcot, una
deformidad severa causada por la fractura de la articulación del tobillo. Los
médicos del IESS evalúan si deben cortarle el otro pie.
El problema se produjo
porque su pierna aguantó el peso de su cuerpo por años.
https://www.elcomercio.com/tendencias/diabetes-pacientes-pie-amputaciones-enfermedad.html
jueves, 2 de noviembre de 2017
Historias de ecuatorianos casados con extranjeros
Más bodas entre colombianos y ecuatorianos
Diego Bravo Redactor (I)
dbravo@elcomercio.com
El interés de colombianos y venezolanos por emigrar a Ecuador se mantiene. Eso se confirma en grupos de Facebook de ciudadanos de ese país, a dos meses del fin del 2017.
Por ejemplo, en los perfiles Colombianos en Ecuador y Venezolanos en Ecuador, hombres y mujeres piden recomendaciones para viajar. Algunos quieren venir con su familia, otros la forman acá.
Javimar Urdaneta, de 33 años, llegó al país, en el 2009, por la crisis que afecta a Venezuela. Su plan era salir adelante con sus parientes, no pensó que aquí encontraría el amor. Se casó con el quiteño Marco Antonio Cuadrado, de 31 años, el 30 de abril del 2015, tras cumplir tres años de compromiso. Ella es comunicadora social, dirige su propia escuela de baile y es maestra de inglés.
Se conocieron en la empresa petrolera en donde trabajaron. Él como ingeniero en sistemas y ella en el área de documentación. Al principio, el noviazgo fue difícil para él porque su suegra era jefa en la oficina. Pero con el tiempo se ganó su confianza.
Cuadrado tiene un hijo de 6 años de otro compromiso. Urdaneta le ayuda a cuidarlo cuando los visita cada 15 días.
Según el Registro Civil, desde enero del 2016 hasta septiembre de este año, hubo 2 976 matrimonios de ecuatorianos con extranjeros. El mayor número de uniones registradas fue con colombianos: 534. Siguen las nupcias con estadounidenses, españoles, venezolanos e italianos con 334, 330, 296 y 229. Eso coincide con el registro de extranjeros que más ingresó al país en el 2016. Provienen de Colombia, Estados Unidos, Perú, Panamá, España y Venezuela, según el INEC.
Otra pareja binacional es la de Yurani Díaz, de Colombia, y el policía ecuatoriano Diego Ramírez, de 22 y 24 años. Se casaron el 16 de septiembre del 2016, en Quito, tras haber sido novios por cinco años. Viven en Alausí. Planifican tener un bebé el próximo año.
La migración en América Latina es recurrente y crece en un 17% cada año. En la mayoría de casos se trata de ciudadanos que provienen de naciones vecinas que recorren la región. Esto lo indica el estudio ‘Migración Internacional’ de la Organización de Estados Americanos (OEA), del 2015. Ecuador es parte de esa realidad, explica Jacques Ramírez, catedrático sobre temas de movilidad humana.
Para él, la cantidad de matrimonios binacionales es baja frente a los cerca de 400 000 inmigrantes que oficialmente viven en el país. La mayoría es de Sudamérica, de Colombia, Perú y últimamente de Venezuela. Eso significa que los matrimonios no necesariamente son usados por foráneos como mecanismo para regularizar su estado migratorio, como pasó antes. Es decir, sí hay parejas que se unen “por amor”.
¿Cuál es el trámite para que un ecuatoriano y un foráneo se casen? Ellos únicamente deben recurrir a las oficinas principales del Registro Civil de Quito, Guayaquil y Cuenca. La persona de otra nación debe presentar el pasaporte con visado vigente, la tarjeta andina o credencial de refugiado.
Los residentes pueden hacerlo con la cédula en cualquier agencia de esa entidad. En el caso de los matrimonios de ecuatorianos y foráneos que se realizan en el exterior, se aplica el artículo 91 del Código Civil.
De esta forma, la española Cristina García y su esposo ecuatoriano Alejandro Calderón, de 30 y 29 años, unieron sus vidas en la iglesia del Tibidabo de Barcelona, el 12 de julio del 2015. Fueron novios por 11 años y estudiaron en la universidad de esa ciudad.
Optaron por vivir en Quito porque la crisis económica se agudizó en España y él no conseguía un empleo relacionado a su área, las ciencias políticas. Tras radicarse en la capital, ella consiguió trabajo en un centro de educación como parvularia. Él es catedrático en una universidad privada.
Hace tres meses nació su primer hijo, Teo. Para cuidarlo, ambos se organizan en las madrugadas. Ella se despierta a las 03:00 y él a las 05:00 para prepararle los biberones.
¿La xenofobia representa un problema en la conformación de estas parejas? Para Ramírez, en Ecuador sí existe un grado de rechazo para un grupo determinado de inmigrantes, pero otro es aceptado. Se trata de la construcción de un modelo ideal blanco-mestizo. “Quienes ingresan en ese grupo son migrantes deseados.
Son europeos o norteamericanos”. Pero se complica para los latinoamericanos. Pese a ello, la conformación de matrimonios de ecuatorianos y latinos -dice- demuestra que se respeta la diversidad como una forma de reconocerse en la diferencia.
La española Cristina García y Alejandro Calderón alimentan a su hijo, Teo, de 3 meses. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO |
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