jueves, 26 de octubre de 2017

¿Hasta qué punto la pornografía incide en la visión de la sexualidad?

La pornogafía puede incidir en la forma cómo los jóvenes conciben la sexualidad. El próximo jueves 26 de septiembre de 2017 se inicia PORNOsotros para concienciar sobre este tema a los jóvenes. Foto: Archivo / imagen referencial

El material pornográfico distorsiona la visión de la sexualidad

Diego Bravo Carvajal
Redactor (I)

“La pornografía creó en mí, desde la adolescencia, una imagen de la mujer que no es real. Pensaba que ellas deben tener un cuerpo escultural y ser delgadas, pero no siempre es así. Con el tiempo me di cuenta que eso es una falacia y aprendes a aceptar al otro como es”.

Con ese testimonio, Martín (nombre protegido) reconoce que estaba confundido y que concibió a la sexualidad como lo que se difunde en sitios web con información triple X: chicas esbeltas y jóvenes musculosos desnudos.

Cuando iba a tener relaciones con una amiga por primera vez, él se decepcionó porque ella no tenía el cuerpo que esperaba. Usaba dos brasieres y un pantalón levanta cola que, al sacárselo, mostró otra realidad. Él pretendió tener sexo sin despojarse de la camiseta, por vergüenza de su barriga. Al final, ambos no sintieron atracción y lo dejaron ahí.

Estos temas se abordan en la campaña denominada PORNOsotros, impulsada por un grupo de estudiantes de Comunicación de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y que comienza el próximo jueves 26 de septiembre de 2017.

El fin es concienciar a los jóvenes sobre la configuración de los estereotipos que pueden generarse por el consumo de material para adultos. Más si en Ecuador el inicio de la actividad sexual es temprana.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) muestra que el 32,9% de mujeres del país reportó tener experiencia sexual entre los 15 y 19 años. A esto se suma que el 89,9% de adolescentes menores de 15 años tuvo su primera relación íntima con personas mayores que ellas.

Como parte de la campaña se levantó una encuesta a 220 universitarios. Esta mostró que la mayoría concibe a la sexualidad dentro de los formatos establecidos por la pornografía, con “hombres musculosos, bien dotados, mujeres bonitas, encuentros llenos de fantasías extrañas, orgasmos fingidos, que confunden”.

En el documento se indica que cuatro de cada 10 jóvenes no se sienten satisfechos con su pareja. Es decir, no llenan sus expectativas en lo físico ni con su rendimiento en la cama. El 64% de encuestados trató de experimentar lo que vio en un portal web de porno.

El 75% de los varones que participaron en el estudio espera enamorar a mujeres con cuerpos como los de las actrices. Un 42% de las estudiantes aspira a algo similar.

Asimismo, el 32% de jóvenes se sintió incómodo con lo que sus parejas les han pedido hacer: sadomasoquismo, uso de lencería y zapatos de tacón en el momento de tener intimidad, entre otros. “De ese grupo, el 61% son mujeres”, cuenta Camila Hidalgo, una de las estudiantes de la USFQ, que desarrolló el reporte.

El consumo de pornografía incluso puede generar un contexto de violencia entre las parejas. La razón: hay casos en los que las mujeres se sienten incómodas, vulneradas y presionadas cuando les piden a hacer cosas que no quieren o les causan miedo. Lo más común es el contacto anal.

Así lo vivió Cristal (nombre protegido), de 21 años, quien tuvo intensas discusiones con su enamorado por ello. Finalmente, la joven se mantuvo firme y no accedió a las presiones, aunque él insistía.

Esteban Rodríguez es un psicólogo integral que trabaja temas de pareja. Asegura que la pornografía tiene tintes sexistas y machistas, que pueden influir en las relaciones amorosas, más cuando en la sociedad ecuatoriana históricamente se ha tolerado ese tipo de comportamientos.

Aconseja que para evitar esa clase de problemas, las parejas intenten priorizar el diálogo y preguntarse, como novios o esposos, lo que realmente necesitan en sus vidas.

Para el terapeuta Édgar Reyna, las personas deben entender que los videos que se difunden en las ‘páginas prohibidas’ corresponden a una alteración de lo que es la sexualidad. De ese modo, se pueden evitar falsas interpretaciones de la realidad.

El consumo de ese tipo de material, de forma reiterada -comenta- no se presenta únicamente entre universitarios, sino en personas mayores de 30 años. A su consulta han llegado mujeres que lo hacen para complacer a sus compa­ñeros, aunque no son felices con esas prácticas.

En esa línea, el terapeuta apunta que pueden darse casos de “falso apetito sexual”, cuando ellas quieren tener relaciones de forma reiterada para que ellos no les sean infieles.

Eso es más frecuente cuando pretenden “darles a ellos lo que podrían encontrar fuera” de la relación o el hogar. Hay otro estereotipo muy común que se produce a raíz del consumo de material XXX entre los jóvenes. Corresponde al tamaño del miembro viril, que puede generar baja autoestima en los hombres.

Así pasó con el exnovio de Sara (nombre protegido), de 21. “Nunca he visto porno, pero él lo hizo. Hubo varias veces en las que se sentía un poco preo­cupado por el tamaño. Trataba de darle seguridad, pero varias veces él no se sentía bien”.

Él también le pidió a Sara que haga cosas que no le gustaban cuando estaban a solas. Ante la insistencia del novio, accedió algunas veces, pero incómoda. Por eso, la joven concuerda con la idea de que “las mujeres no tienen voz”, debido a que casi siempre el hombre ignora su punto de vista para lograr lo que quiere o busca.

En cuanto a la percepción de los orgasmos, existe una confusión en que estos deben ser como aparecen en los videos para adultos. También en el tiempo de duración de los encuentros sexuales.

Hidalgo comenta que se trata de concienciar a la gente, ya que tampoco se debe evitar la pornografía. “La clave es darle un uso adecuado”. Y hay jóvenes que lo han hecho. A Lucas (nombre protegido), de 21, le sirvió de “ayuda”, cuando llegó el momento de hacerlo por primera vez. Se complementó con su pareja y cree que se puede evitar la infidelidad.

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