Personas con alzhéimer y sus familias estuvieron en la casa abierta de la Fundación TASE, en Quito, el fin de semana. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO |
El
cuidador, clave en paciente con alzhéimer
Diego
Bravo Redactor (I)
El
alzhéimer es una enfermedad que afecta a la memoria, al intelecto, al
comportamiento y a la capacidad para realizar actividades cotidianas en adultos
mayores. Tiene tres grados: leve, moderado y severo, los cuales necesitan
diferentes tipos de cuidados.
Desde el
2016 hasta agosto del 2017 se han atendido 1 574 hombres y 2 889 mujeres por
esta enfermedad en servicios del Ministerio de Salud.
María
Soledad Chiriboga es geriatra del Hospital del Adulto Mayor, ubicado en San
Carlos, en Quito. Ella reitera que los pacientes en etapa severa necesitan más
cuidado que los de las dos fases anteriores.
Eso
implica monitoreo las 24 horas, para evitar caídas, acompañamiento en el baño,
alimentos blandos y suministro de medicinas, etc.
Bertha
Medina tiene 83 años y está en el último grado de la enfermedad. No se ubica en
el tiempo y espacio, presenta dificultad para identificar a la gente. Requiere
ayuda permanente para su cuidado personal. Por las noches usa pañales.
Sus cuatro
hijas se turnan para atenderla. “Una vez se cayó porque se tropezó con la
alfombra. Se rompió la cabeza. No la dejamos sola”, cuenta Mónica Paredes, una
de ellas. Lo mismo ocurre en el caso de Ramiro Mena, de 87. Sus hijas lo
cuidan. No lo dejan solo porque podría perderse o encender la cocina y provocar
un accidente. También sufrió una caída. Se quedó en el piso por varias horas,
sin lograr comunicarse. Tras aquel incidente, ellas decidieron brindarle
atención permanente.
El Día
Internacional del Alzhéimer se recuerda hoy, 21 de septiembre. Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia, en la que se incluye a
este mal, afecta a unos 47 millones de personas en el planeta. De ellas, casi
el 60% vive en países de ingresos bajos y medios.
Y cada
año se reportan 9,9 millones casos nuevos. Se prevé que el total de afectados
pase a 132 millones en el 2050. Para Walter Salvador, ellos serán quienes
nacieron en 1980. Él dirige Trascender con Amor, Servicio y Excelencia (TASE),
una fundación que apoya a personas con problemas de demencia.
El
alzhéimer implica un alto costo económico y emocional para quienes se dedican a
los cuidados: parientes o especialistas. Salvador calcula que los gastos
mensuales de manutención por la enfermedad, en etapa severa, pueden alcanzar
los USD 2 000 por persona.
Esto
incluye medicinas, tratamientos y los salarios de las auxiliares enfermería,
que se encargan de los cuidados durante las 24 horas en turnos rotativos. La
OMS advierte que existe un “efecto abrumador” en los cuidadores de la gente que
tiene la enfermedad.
Y ellos
presentan presiones emocionales y hasta secuelas físicas. Martha Silva, de 51
años, es una auxiliar que labora desde el 2009 en un centro de ayuda para
adultos mayores. Ella cuenta que ha tenido dolores en la espalda y los brazos.
Pero, a
su juicio, el impacto emocional es más fuerte, para el cuidado. Se produce
cuando se encariña con los pacientes y uno de ellos muere. Para evitar las
lesiones, Chiriboga señala que en el Hospital del Adulto Mayor hay talleres
para capacitar a familiares y cuidadores especializados.
Primero
se ayuda de forma directa a los pacientes con grado leve, para que aprendan
técnicas de estimulación cognitiva y fortalezcan la memoria. El fin es evitar
que pierdan la independencia y puedan desarrollar sus actividades.
En casos
moderados se incorpora a los familiares. Les enseñan los cuidados y educan en
el manejo psicológico de los síntomas conductuales. También, cómo evitar la
postración por la enfermedad. Finalmente, intervienen los terapeutas de
lenguaje y respiratorios. Enseñan a los parientes los diferentes tipos de
alimentación para evitar atragantamientos y las neumonías por broncoaspiración.
A esas
capacitaciones acude Paredes para ayudar a su madre Bertha. Allí aprendió a
moverla porque el cuerpo de las personas con alzhéimer se vuelve rígido.
Además, le enseñaron a evitar dejar objetos con los que la señora pueda
tropezar y tener accidentes.